TAMPICO, TAMAULIPAS.- Uno de los personajes que a base de mucha pasión, entrega y profesionalismo a lo que hace, es sin duda el profesor Miguel Mendoza San Luis, quien tuvimos la oportunidad de charlar con él, dentro del estreno del podcast La Charla con Manny, donde conocimos al hijo, hermano, esposo, papá y entrenador.
Iniciamos la plática, con saber un poco de su infancia, a lo cual nos comentó.
“Soy de la colonia Mainero, enfrentito de la ciudad deportiva, yo soy chilango, a la edad de los cinco años llegamos aquí a Tampico, mi mamá es de México, mi mamá que en paz descanse, nos trajo para acá. Somos una familia numerosa, siete hombres y dos mujeres”.
SU INFANCIA
El profesor recuerda un momento difícil que le marcó su infancia.
“A la edad de los 11 años, llega un golpe fuerte para nosotros, se separa mi mamá de mi papá, mi papá siguió viviendo con nosotros, pero en la parte alta. Pero mi mamá, ella fue las que nos sacó adelante, nos dio estudio, fue la que siempre estuvo atrás de nosotros” con una voz entrecortada nos platicaba ese momento.
Sobre el primer momento que tuvo contacto con una pelota nos comentó: “Tenía como seis o siete años, era pequeño, era Tampico FC, jugamos en la 18, en el Golfo, después un equipo que se llamaba Alemania, mi mamá armó un equipo, también era buena para dirigir, ahí empecé en mis primeros equipos”.
EL PROFESIONALISMO
Sobre su llegada a los equipos profesionales afirmó: “A los 14 años, Sergio Silva, que en Paz Descanse, me ve jugar y me invita a las reservas del Tampico Madero, de él le aprendí mucho la disciplina, a los quince años ya me registran con las reservas, estaba con jugadores como Roberto Da Silva, Guadalupe Zavala, Eduardo Regis, pero solo estuve en reservas, pero entrenaba con ellos, pero jamás me dieron la oportunidad”.
El momento de salir de la ciudad le llegó a temprana edad.
“Había un grupo como de 20 jugadores, un día nos reúne el “Bacho” Salazar, yo iba a cumplir 17 años, y nos dice que hay oportunidad de irse a Campeche , yo no le dudé, levanté la mano y me fui para allá, era Tercera División”.
Sobre su retorno al puerto jaibo dijo que era porque quería estar con la Jaiba Brava, pero ese momento nunca llegó.
“Yo siempre jugaba de medio de contención, ahí me ubicaban de lateral o central. Va terminando la temporada en Campeche, nos eliminan, llegamos hasta cuartos. Y le digo a dos jugadores, vamos a Tampico, me traje a dos jugadores para que se probarán, la condición de Carlos Reinoso era que nos íbamos a Campeche para foguearnos, y por eso nos regresamos, el chiste fue que no quisieron a los dos jugadores que lleve, se fueron, y más adelante me los encuentro debutando en primera división, sabes quienes eran, Tirso Carpizo y el “Guamerú” García, aquí no los quisieron pero ellos debutaron con el Monterrey, cosas del fútbol” contaba con alegría Mendoza San Luis.
LLEGA A SER ENTRENADOR
Ya como entrenador de niños empezó en los campos de la UAT por invitación, mencionó que inició de ceros y que poco a poco le llegaban jugadores, ahí lo invitó a incorporarse Fausto Flores, quien era el director de deportes de la universidad.
Como entrenador vivió un momento que le marcó de por vida, dejar fuera de un nacional a su hijo, ya que él como entrenador lo veía mal y su hijo Alan siempre se lo reprochó.
“Una vez en una olimpiada dejé fuera a mi hijo cuando él tenía 12 años, era mi primera olimpiada, gané todas y ahí va mi hijo, cuando me dijeron que armará la selección, lo dejé fuera, eso lo llevo por dentro, como no tienes una idea, desde ahí mi hijo dejó de jugar fútbol, fue un golpe muy fuerte para él y para mi, pero todo por respetar el qué dirán, al final aprendí que de todos modos te van a criticar”.
EL CASO “MOMIA” GÓMEZ
El boom de su escuela llegó con Julio Gómez, aunque antes ya habían salido jugadores como Marvin Piñón, quien se fuera a las Chivas, pero con la famosa Momia y el campeonato del mundo, todo se fue al cielo.
“El caso de Julio, su papá me dijo que le consiguiera una oportunidad, y lo llevamos al Pachuca, se quedó y poco a poco fue creciendo y llegar a la selección menor, fue campeón del mundo, pero con él pasó una anécdota triste, cuando fue campeón lo invité a que me ayudara a una firma de autógrafos, para hacer unos baños y su papá me dijo que cobraba y pues tuve que pagarle, le pagamos 5 mil pesos, pero bueno, así es esto, yo me lo llevaba a los torneos solo, sin que pagara nada, pero así si es esto” decía un poco triste Miguel Mendoza.
EL MOMENTO DE PIZARRO
Otro de los elementos que pasó por las manos de Miguel Mendoza es Rodolfo Pizarro, jugó con él en infantiles, pero el jugador ya había debutado en el profesionalismo en tercera división con los Orinegros de Ciudad Madero.
Su papá buscó después a Mendoza San Luis para encontrar una oportunidad para Pizarro, ya que a los 12 años había ido a Pachuca pero no quisieron a Pizarro.
“A la edad de 17 años el papá de Pizarro me buscó, le hablamos a la “Coca” González, se fue a prueba, a los dos días me hablan para decirme que Pizarro se quedaba, que había entrenado con el primer equipo y destacó, estuvo en fuerzas básicas, después se lesionó, regresó y fue cuando Hugo Sánchez lo debuta con Pachuca, lo demás es historia, pero la carrera de Pizarro fue rápida, llegó por sus cualidades en la cancha”.
CÓMO QUIERE SER RECORDADO
Al final de la entrevista el profesor Miguel Mendoza San Luis afirmó que a él le gustaría que lo recuerden por todo el trabajo y dedicación que le puso al fútbol.
“Como una persona, que hizo una labor con los niños, que ellos recuerden que los formé no solo como deportistas sino como personas, con eso me quedaría y que ellos se acuerden de mi y que quise dar todo con ellos, si no pude darlo con mis hijos, pero con ellos si” concluyó.
Por. Manuel Hernández
Expreso-La Razón