A través de un mensaje publicado en su propia red social, Donald Trump, Presidente Electo de los Estados Unidos de America anunció que una de las primeras órdenes ejecutivas que firmará el primer día de su gobierno establecerá el aumento de tarifas arancelarias por 25% a México y Canadá y de un 10% a China a todos los productos que los tres países exportan hacia los Estados Unidos.
Señaló que estas medidas se mantendrán vigentes hasta que se detenga el flujo de migrantes ilegales hacia su país y el tráfico de drogas principalmente de fentanilo. Previamente había anunciado que ordenaría deportaciones masivas de inmigrantes ilegales que de acuerdo con las cifras oficiales son 11 millones de los cuales el 60% serían mexicanos.
A simple vista los observadores de los medios norteamericanos estiman que aumentar los impuestos a los productos mexicanos que se venden en Estados Unidos repercutirá directamente en los consumidores norteamericanos ya que subiría su precio y afectaría a la economía de los dos países.
La presidenta Claudia Sheinbaum dio una respuesta inmediata y directa al Presidente Electo Donald Trump en la que, a través de una carta en lenguaje sobrio y respetuoso, le informa del trabajo que realizan las autoridades mexicanas para contener en un 75% la inmigración ilegal en el ultimo año, de acuerdo con las cifras del Servicio de Inmigración de ese país, y agrega que por lo menos la mitad de los migrantes que se acercan a cruzar a Estados Unidos a través de la frontera mexicana están citados a través de la aplicación CBP1 de esa oficina.
En su carta la Presidenta le hace saber también a Trump de las acciones del Gobierno de México contra el crimen organizado mediante el trabajo de inteligencia y coordinación de las autoridades mexicanas para la detención de los delincuentes, el decomiso de drogas, armas y recursos que utilizan para la realización de sus actividades de producción y trasiego hacia Estados Unidos. Le hace notar que mas del 70% de las armas decomisadas se producen y se venden en ese país.
Deja en claro que la imposición de tarifas especiales a los productos mexicanos tendría como consecuencia que el gobierno mexicano tomaría medidas proporcionales con relación a los productos norteamericanos que ingresan al mercado mexicano, lo cual tendría consecuencias negativas para las dos economías. Finalmente convoca al diálogo para mantener la sociedad comercial y la realización de actividades conjuntas para resolver problemas que afectan a las dos naciones.
Una revisión rápida de información publicada por la agencia de noticias Reuters refleja la relevancia de la industria automotriz norteamericana en nuestro país específicamente en marcas y modelos como la Toyota Tacoma, la Ford Maverick, la Stellanis Ram, la Chevrolet Silverado y la GMC Sierra que se fabrican todos en México y se verían seriamente afectadas por la aplicación de impuestos adicionales.
La mayor parte de esos vehículos de carga ligeros conocidos en México como camionetas y en Estados Unidos como pickup trucks se venden en las áreas rurales de Estados Unidos en donde se emitió un voto masivo a favor de Donald Trump, estos consumidores se verían directamente afectados por el impuesto del 25% a los vehículos fabricados en México que advierte el Presidente Electo de aquel país que aplicaría mediante una orden ejecutiva suya.
También el mercado de las autopartes se vería seriamente afectado por el aumento de las tarifas arancelarias ya que más del 50% de las refacciones, no sólo de los vehículos ensamblados en México sino también en Estados Unidos, se fabrican en México, de tal manera que la disminución en las ventas de vehículos y de autopartes generaría una fuerte presión para sostener las nominas de mas de 125 mil empleados que trabajan en ese mercado en Estados Unidos.
Sin embargo parece poco probable que las razones argumentadas por la Presidenta Sheinbaum, ni las que el propio mercado apunta como consecuencias de las medidas anunciadas por Trump sea suficiente para disuadirlo de llevarlas a cabo. Queda en todo caso un periodo de aproximadamente 50 días para que el Gobierno de México tome todas las medidas preventivas a su alcance para evitar en alguna medida que se de esa confrontación de consecuencias catastróficas, la advertencia ya está ahí. Estamos avisados.
POR JESUS COLLADO MARTÍNEZ