CIUDAD VICTORIA, TAM.- De acuerdo a la Secretaría de Recursos Hidráulicos para el Desarrollo Social en Tamaulipas, la recién firmada Acta 331, que compromete más de 2 millones de metros cúbicos de agua del Río Bravo para los mexicanos, ésta podría ser revertida.
Y es que por tratarse de una violación al tratado de 1944, existe la posibilidad de que esto no suceda y terminar así con la incertidumbre que está generando a la sociedad en general que habita por casi toda la frontera de México con los Estados Unidos, desde Chihuahua hasta Tamaulipas.
Raúl Quiroga Alvarez, titular de la SRH, fue quien destacó lo anterior ante las cuestiones de la prensa sobre este delicado tema que afectaría a más de la mitad de la población tamaulipeca.
Destacó que existe la esperanza de que esta firma se retraiga ante la falta que se está cometiendo a algo ya debidamente establecido desde hace más de 7 décadas, por lo que la posibilidad existe de que esto no suceda.
«¿Se puede dar marcha atrás a esto? Sí, todavía se puede hacer. Entonces la esperanza es que suceda en tanto que es una violación al tratado, por supuesto que se puede, se puede echar atrás», dijo Quiroga Álvarez.
Y agregó qué «de pronto creemos que el impacto va a ser a la agricultura de riego, y no, es la disponibilidad de agua para Tamaulipas, para beber, para la industria, para los productores, para todo el mundo».
Así tambien señaló que las acciones por parte del gobierno estatal, que preside el doctor Américo Villarreal Anaya, ya se pudieron en marcha, con el planteamiento hacia la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo y al titular de la Comisión Nacional del Agua (CNA) de revertir este acuerdo, pues existe una inconformidad por parte de Tamaulipas ante la crisis social qué la 331 puede ocasionar.
«Bueno, los avances que hemos tenido son que el señor gobernador, ya se los mencioné en la ocasión anterior, ya hay un planteamiento muy concreto del gobernador a la Presidenta de la República y al Director General de Conagua, donde manifestamos la inconformidad, porque se firmó ese acta».
«No ha entrado en función, no ha entrado en operación, falta del beneplácito de los gobiernos, pero, pero estamos en espera. Es decir, fue por eso que el señor gobernador hizo la alerta a la Presidenta de la República, de decir, oye, ¿qué vamos a hacer con la industria, con el New Shorting que estamos empujando, que lleguen a las industrias?, pues se van a llevar la escasísima agua que teníamos. Entonces, ese es el tema».
Por último, explicó que es lo se establece en este acuerdo de forma sencilla, exponiendo como es que seis afluentes mexicanos son los que deberán de aportar un porcentaje de su agua para el vecino país de los Estados Unidos.
«El tratado dice cómo se debe pagar el agua y es absolutamente puntual. Y dice que los seis afluentes aforados aportarán una tercera parte para el agua a Estados Unidos. Seis afluentes aforados son seis ríos de mexicanos que depositan sus aguas en el cauce del río Bravo».
«Y el 50% de las corrientes no aforadas, las corrientes no aforadas son aquellas que finalmente se miden en su llegada a la presa, pues son aguas subterráneas, pequeños arroyos que se crecen, que no están aforados, que no están medidos, y los medimos con la escala de las presas internacionales. Entonces, esos son los rubros que están comprometidos. El tema es que la federación, hace décadas, tuvo un problema sumamente severo al haber dado facilidades administrativas, y ahora tenemos muchos más usuarios, de tal suerte que ya no escurre el agua hacia el mar», finalizó.
Por Antonio H. Mandujano