La presidencia de Hernán de la Garza Tamez en el Poder Judicial de Tamaulipas será de transición.
Serán menos de 12 meses -hasta el 1 de octubre del 2025 cuando rindan protesta los nuevos jueces y magistrados- en los que tendrá la responsabilidad de conducir un proceso electoral inédito, y entregar buenas cuentas a quien encabece a partir de entonces el Supremo Tribunal de Justicia.
De todos los integrantes actuales de este órgano, Hernán de la Garza es el menos identificado con el cabecismo, lo cual explica su designación.
El resto, casi en su totalidad, representan cuotas de poder provenientes del régimen panista, que amarraron su lugar como una suerte de garantía para quienes dejaron el poder en el 2022 tras la estrepitosa derrota en las urnas.
La transformación de este poder ya está en marcha y tomará mayor fuerza el próximo año.
El mismo Hernán de la Garza ha expresado que no contenderá por un nuevo periodo, y todo hace pensar que ninguno de sus compañeros magistrados irán a las urnas para buscar mantenerse en su cargo.
Es mucho lo que tienen que perder y muy pocas las probabilidades de ganar después de su gris -por no decir negro- paso por el Tribunal.
De acuerdo a las reglas aprobadas en el Congreso de Tamaulipas, los magistrados en funciones tienen derecho al pase directo a la elección, pero en caso de ganar, solo sería para concluir el periodo para el que fueron designados originalmente.
Además, si no obtienen el triunfo, perderían su haber de retiro. De hecho la única manera de que garanticen este pago, es si expresamente renuncian a su cargo antes de que se cierre la convocatoria para la elección.
Así pues, la “invitación” es clara: su ciclo en el Poder Judicial terminó y la mesa entonces está servida para una nueva integración del Supremo Tribunal de Justicia.
Los rumores abundan como en cada proceso electoral, pero es verdad que hay amplias posibilidades de que la actual consejera jurídica del Gobierno del Estado, Tania Contreras López, se registre en el proceso de selección para competir por una magistratura.
Una vez conseguido ese primer objetivo, sobra decir que su camino estaría trazado para ocupar la presidencia que actualmente detenta Hernán de la Garza Tamez.
Antes de eso, tiene que llevarse a cabo un ejercicio democrático muy complejo, en el que el primer reto es incentivar a los interesados para que participen y se postulen.
Después, los comités de evaluación deben realizar una selección pulcra que dote de legitimidad a esta elección inédita; y finalmente, los organismos electorales tendrán que esforzarse mucho para motivar a la población a votar en una jornada atípica el próximo año.
Queda claro que faltan muchos pasos de aquí al 1 de octubre del 2025, pero la transición está en marcha.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES