CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- En la histórica colonia Guadalupe Mainero de Ciudad Victoria, una de las más antiguas y emblemáticas de la ciudad, persiste una entrañable tradición navideña: las posadas vecinales.
Año con año, del 16 al 24 de diciembre, las familias del barrio se organizan para recorrer las calles, entonar villancicos y pedir posada, rememorando el peregrinaje de José y María en busca de un lugar donde naciera el Niño Jesús.
Una tradición que
mantiene viva la fe
Cada noche, los vecinos visitan diferentes hogares que se convierten en anfitriones de la posada del día.
Las calles se iluminan con velas y faroles, mientras el eco de los cánticos tradicionales como “En el nombre del cielo…” resuena en el ambiente, impregnado de alegría, espiritualidad y unión.
“Es una forma hermosa de mantener viva nuestra fe y nuestras tradiciones.
Los niños aprenden el verdadero significado de la Navidad, mientras los adultos renovamos la esperanza y fortalecemos los lazos con nuestros vecinos”, comentó doña Carmen Martínez, quien ha vivido en la colonia por más de cinco décadas.
Un símbolo de
Unión y solidaridad
Más allá de su carácter religioso, las posadas son un símbolo de fraternidad y generosidad. Tras los rezos y los cánticos, los anfitriones abren sus puertas para compartir ponche caliente, tamales y dulces con los asistentes, generando un ambiente de convivencia y amor.
“La Navidad es época de amor y valores. Pedimos posada con fe y alegría, esperando que el próximo 24 de diciembre recibamos al Niño Dios en nuestros corazones”, expresó don Antonio Gómez, uno de los organizadores del evento.
Un legado que
trasciende generaciones
Lo que hace especial a esta tradición es su capacidad para unir a personas de todas las edades. Los niños portan estrellas y velas, los jóvenes entonan los villancicos, y los adultos comparten historias y recuerdos.
En Guadalupe Mainero, las posadas no solo son una costumbre navideña, sino un legado cultural y espiritual que enriquece a la comunidad.
Este año, los habitantes de la colonia invitan a toda la comunidad a sumarse a esta experiencia única, recordando que la Navidad es una época para compartir, amar y fortalecer los lazos humanos.
Por Raúl López García
EXPRESO-LA RAZON