MÉXICO.- Diciembre es una época llena de festejos que se adorna con luces de colores, encuentros, cenas, comidas y los tradicionales árboles de Navidad, un símbolo lleno de mitos y significados que hemos adoptado como figura central de la fiesta.
Actualmente el árbol de Navidad es acompañado por la representación del nacimiento de Jesús, en un pesebre. De acuerdo con la tradición católica, el árbol representa la vida y el triunfo de la luz sobre la oscuridad, pero también es una representación de la Santísima Trinidad, por su forma triangular. Además, la estrella que lo adorna en la punta es la luz que guió a los sabios de Oriente al pesebre.
De origen alemán
De acuerdo con la Enciclopedia Britannica, alrededor del año 723 el misionero inglés San Bonifacio se opuso a un ritual pagano dedicado al dios Thor, declarando al árbol como “sagrado” y desde entonces los árboles de hoja perenne se volvieron parte de los ritos cristianos en Alemania.
En el siglo XVI, abunda la Britannica, Martín Lutero colgó por primera vez velas encendidas en un árbol.
La migración llevó esta costumbre a Inglaterra, donde el príncipe Alberto, alemán, y su esposa, la reina Victoria de Gran Bretaña, la volvieron una tradición para los británicos en 1848, cuando la revista Illustrated London News publicó una ilustración de la familia real alrededor de un árbol de Navidad decorado.
Símbolo del solsticio de invierno
Algunos investigadores han señalado que su origen no es alemán, sino que el árbol de Navidad nace en la tradición celta, donde era parte de los festejos paganos del solsticio de invierno.
Cuando los cristianos llegaron al norte de Europa, observaron que los celtas celebraban el 8 de diciembre el nacimiento de su Dios de la lluvia, el sol naciente y de la fertilidad, relacionado con las cosechas.
Su tradición consistía en adornar un árbol, que para ellos simbolizaba el Universo —en la copa los dioses, en las raíces los muertos— con antorchas.
Esta tradición se modificó, y en el árbol colocaron velas, que simbolizaban la luz de cristo, y manzanas, como un recordatorio del pecado original.
Con el paso del tiempo, las manzanas fueron sustituidas por esferas y se dejó a un lado la referencia a Adán y Eva, para simbolizar la perfección de Dios.
Impacto ambiental
A medida que los árboles navideños se popularizaban en el mundo, la tradición empezó impactar perjudicialmente los bosques. Como consecuencia, de acuerdo con la Enciclopedia Britannica, en la década de 1880 los alemanes empezaron a fabricar árboles artificiales de plumas de ganso.
Con el tiempo, esas plumas fueron sustituidas por otros materiales, hasta que el plástico se impuso como el material más utilizado para los árboles artificiales de Navidad.
Actualmente la tradición está vigente con pequeñas modificaciones: árboles de colores, escarcha y luces, esferas de todo tipo, incluso personalizadas.
CON INFORMACIÓN DE EL HERALDO DE MÉXICO