CIUDAD DE MÉXICO.- La serie surcoreana “El Juego del Calamar” ha cautivado a audiencias de todo el mundo por su combinación de estrategias de supervivencia, tensión extrema y nostalgia por los juegos infantiles.
Si este tipo de juegos existiera y tuviera una version mexicana, los juegos tradicionales del país podrían convertirse en el corazón de la competencia.
¿Cuáles son los juegos que podrían ser parte de “El Juego del Calamar” si fuera mexicano?
La riqueza cultural de México ofrece una variedad de juegos infantiles que podrían transformarse en desafíos extremos para una versión mexicana de “El Juego del Calamar”.
Estos podrían ser algunos de los “juegos”:
•La lotería mexicana
Un juego icónico que consiste en marcar las imágenes anunciadas en una tabla. En una versión extrema, los participantes tendrían que reaccionar rápidamente al identificar las cartas. Un error o una demora podría significar la eliminación.
•El juego de las sillas
En esta versión, quien no logre sentarse quedaría eliminado de forma inmediata. Para aumentar la tensión, se podrían reducir las sillas en cada ronda o introducir obstáculos que dificulten el acceso a ellas.
•Rayuela / Avioncito
Este juego tradicional requiere precisión y equilibrio al avanzar en un diagrama dibujado en el suelo. Una caída, un mal paso o pisar fuera del cuadro serían motivos de eliminación.
•Carrera de costales
Los participantes deben saltar dentro de un costal para alcanzar la meta. Una carrera contrarreloj podría añadir un nivel de presión adicional, eliminando a quienes no lleguen a tiempo o pierdan el equilibrio.
•Trompo y balero
Estos juguetes tradicionales mexicanos podrían convertirse en un reto de habilidad. Por ejemplo, los jugadores tendrían que lograr un truco específico con el trompo o encajar el balero en un número limitado de intentos. La precisión y el control serían esenciales para sobrevivir.
•Encantados
Un juego de persecución donde los participantes deben evitar ser tocados por quien los persigue. En este caso, quedar “encantado” podría implicar la eliminación directa, aumentando la tensión y la necesidad de estrategias para esquivar al perseguidor.
Una versión mexicana de “El Juego del Calamar” no solo se enfocaría en los juegos, sino también en los elementos culturales que enriquecerían la narrativa.
La música tradicional, como el sonido de un mariachi o el ritmo de la jarana, podría marcar el inicio o el final de cada desafío.
Además, los paisajes icónicos del país, como desiertos, selvas y zonas urbanas, servirían como escenarios que resalten la diversidad de México.
Con información de EXCÉLSIOR