Nació el 23 de agosto de 1829 en Zacatecas, perteneció a una familia de clase humilde, quedó huérfano a edad muy temprana. Ingresó a la Escuela Nacional de Ingenieros en la Ciudad de México, pero sus estudios los interrumpió debido a la Intervención Norteamericano en 1847.
Se unió a las tropas que defendieron la Soberanía Nacional como Teniente de Ingenieros bajo las órdenes del General José Joaquín de Herrera y participó en las acciones de guerra contra el ejército invasor en el Valle de México. Cuando terminó la guerra se graduó en 1849 como ingeniero y trabajó en la rectificación de los planos de la Ciudad de México y Tlaxcala, en la desecación del río Lerma, en proyectos para evitar las inundaciones en Toluca por las aguas del Nevado y fijó el límite territorial entre los estados de México y Michoacán.
SIEMPRE FUE DE IDEAS LIBERALES
Desde su juventud tuvo ideales liberales por lo que apoyó a la Revolución de Ayutla en 1854 bajo las órdenes del general Plutarco González, en este movimiento armado se le nombró Comandante del distrito de Toluca, en donde participó en la ocupación de esa Plaza. En el año de 1856 se le designó como capitán de Ingenieros de la Guardia Nacional del Estado de México y poco después se le ascendió a teniente coronel por sus méritos en Campaña. Peleó en la Guerra de Reforma en 1857. El general de Brigada Santos Degollado lo nombró coronel de la Caballería Auxiliar del Ejército, posteriormente, se puso bajo el mando del General Leandro Valle y combatió a las tropas conservadoras en la Batalla de Salamanca, Guanajuato. Tomó parte en las batallas de Temascaltepec, Estado de México, Tacubaya y en la defensa de Toluca en la que sufrió una herida en la cabeza y fue hecho prisionero por el general Miguel Miramón, pero recuperó su libertad con la derrota conservadora durante la batalla de Calpulalpan.
PARTICIPÓ EN LA BATALLA DE PUEBLA
En 1860, ascendió a general de Brigada y se le nombró Gobernador y Comandante Militar del Estado de México. En 1859, se le otorgó el mando político y militar del estado de Guanajuato y se le designó nuevamente gobernador del estado de México, hasta el momento en el que se incorporó a las tropas del Ejército Nacional debido a la Segunda Intervención Francesa de 1862 a 1867.
El 28 de abril de 1862, participó en el combate de las Cumbres de Acultzingo y como Comandante de la 1/a. Brigada de Infantería del Ejército de Oriente, el 5 de mayo de 1862, recibió la orden del General Ignacio Zaragoza de defender los fuertes de Loreto y Guadalupe durante la Batalla de Puebla. Reforzó las fuerzas del general Miguel Negrete y resistió el avance del ejército francés.
SU LLEGADA A TAMAULIPAS
El 18 de diciembre de 1863, Berriozábal realizó con esfuerzos una campaña para recuperar la plaza de Morelia. Este esfuerzo se efectuó por orden del general José López Uraga, a la sazón jefe del Ejército del Centro. Como Uraga consideró que Berriozábal no lo secundaría, lo presionó obligándolo a renunciar, y entonces se nombró al general Juan B. Caamaño Gobernador de Michoacán.
Tras ello, a principios de 1864 Berriozábal se dirigió a Monterrey, para presentarse con don Benito Juárez, quien estaba de paso por esa ciudad. Según relata Eugenia W. de Mayer, Berriozábal participó en el sitio, asalto y ocupación de la plaza de Matamoros, en el estado de Tamaulipas a fines de noviembre de 1866. El diario “La Sociedad” de la Ciudad de México, simpatizante del Imperio, relató en esos días: “La plaza se rindió a Escobedo a la una de la madrugada del 1 de diciembre de 1866, quedando prisionera la guarnición y recibiéndose Berriozábal de artillería, el armamento. Escobedo debía efectuar el 2 su entrada solemne a Matamoros”.
El mismo diario informaba días después, que de Tampico a Matamoros no hubo transición violenta, y que periódicos de Brownsville informaban que el general Berriozábal había expedido el 3 de diciembre una orden en la que se prohibía a los jefes de cuerpos la leva de hombres para el servicio militar. Poco después se hizo cargo de una Comisión del Servicio en Matamoros, para luego residir en los Estados Unidos, regresando a fines de 1866, asignándosele la Comandancia Militar del Distrito Norte de Tamaulipas y la jefatura de la Línea del Bravo y de las fuerzas de los Estados de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas; desde el 7 de diciembre, hasta el 18 de septiembre de 1867, en que entregó dichos mandos al renunciar a ellos. Al finalizar la guerra, durante el gobierno del Presidente de la República Benito Juárez, desempeñó el cargo de Ministro de Guerra y Marina, además fue Comandante Militar y Gobernador del estado de Michoacán y Veracruz, Comandante Militar de Tamaulipas, Nuevo León, Ministro de Gobernación, así como Gobernador del estado de México.
EN MATAMOROS RECIBIÓ UN VAPOR
En 1867, una vez derrotado el Segundo Imperio, el norteamericano Wiliam H. Seward escribió que, durante los días de la guerra, el general Carvajal le había pedido el envió de un vapor para bloquear Matamoros. Una vez que tomaran esa ciudad, el gringo creyó que se necesitaría también para reducir a Tampico, que aun permanecía en poder de los imperialistas. El general Sturm le dijo que vendían un buque que reunía todas las circunstancias deseables, a un precio módico. Después de una madura deliberación, se determinó a comprarlo en $88,000 pesos.
Desgraciadamente llegó a Matamoros cuando el general Carvajal había sido derrotado por la rebelión de Canales. No se encontró autoridad legítima a quien entregarlo y permaneció en Brazos de Santiago. Cuando el general Mariano Escobedo ocupó Matamoros, se le dijo que el vapor estaba a su disposición; pero no teniendo antecedentes del asunto, se rehusó a recibirlo, el general Berriozábal lo recibió al fin, después de haber estado cerca de un año desatendido en Brazos de Santiago. Lo armó para que fuera a bloquear Veracruz después de la retirada de los franceses, y en su viaje a ese puerto se hundió en la costa de Tamaulipas.
FUE PARTE DEL GABINETE DE PORFIRIO DÍAZ
Díaz supo rodearse de hombres capaces y de gran valía. Entre ellos resultaba imposible que la personalidad de Felipe Berriozábal no se hiciera presente. Así, Berriozábal, tras un corto período en que se mantuvo alejado del Ejército (10 de noviembre de 1876 al 17 de junio de 1877) se reintegró al gobierno y el 25 de enero de 1880, se hizo cargo temporalmente de la Secretaría de Gobernación; hasta el 30 de noviembre del mismo año. A partir de 1880, se le asignaron comisiones y servicios diversos.
El 1° de diciembre de 1880 fue nombrado presidente de la Junta General de Ordenanza del Ejército. Poco después se ocupó de revisar el Instructivo para la Ejecución de los Trabajos de Sitio. Hizo un estudio sobre el “Tratado sobre el Arte de la Guerra por sistema de Guerrillas”, escrito por el coronel nativo de Llera, Tamaulipas, Francisco G. Vargas y lo mismo hizo con la obra del mayor Enrique Torroella titulada “Elementos sobre Campamentos” .
El 5 de marzo de 1884, se le nombró para pasar revista de inspección al 3er. Batallón de Artilleros y en diciembre del mismo año, presidió la Comisión que habría de encargarse de Pagos Militares. El 5 de marzo de 1886 participó en la Comisión Especial para aclarar las causas del descarrilamiento y robo de un tren del Ferrocarril Central, en el Km. 435.
En ese mismo año, recibió el nombramiento de Presidente de la Comisión encargada de formar un nuevo proyecto de Ordenanza General del Ejército. Al año siguiente, se le nombró Presidente de la Comisión que, compuesta de veintidós jefes superiores, fue designada para examinar el trabajo hecho por el Departamento del Cuerpo Especial del Estado Mayor, que contenía el Decreto General de Organización del Ejército conocido como: “Proyecto para la Organización de las Reservas del Ejército” y el “Estudio de un Plan de Defensa Nacional”.
El 27 de junio de 1887, presidió la junta de generales que formarían un proyecto de Reglamento para la Revisión de Patentes de Montepíos y Pensiones Militares. El 5 de marzo de 1895, ocupó la presidencia de la Junta de Auténticas y Trofeos de Guerra. El 20 de marzo de 1896, el General Porfirio Díaz a la sazón Presidente de la República, lo nombró Secretario de Guerra y Marina. La labor que como ministro de Guerra desarrolló Berriozábal, fue muy valiosa y efectiva.
Casi de inmediato, tras ocupar la cartera, escribió al General Díaz una carta fechada el 16 de junio de 1896, en que le comunicaba que, aunque estuvo alejado muchos años de los negocios públicos, deseaba cooperar con él (con Díaz), en lograr introducir el mayor orden y moralidad en los ramos dependientes de su Secretaría. Señalaba que era su intención reorganizar el Ejército. De entre las medidas importantes que requerían mayor y más pronta atención estaban fundamentalmente, la necesidad de disminuir el excedente de empleados y los innumerables trámites que se requerían en todas las dependencias del Ejército. Así, tras la aprobación del Presidente, se ocupó personalmente de la Reforma de la Ordenaza General del Ejército y de la Armada Nacional.
Berriozábal siguió en su puesto de Secretario de Guerra y Marina hasta el 9 de enero de 1900 en que falleció. Su hoja de servicios, posiblemente una de las más limpias y honrosas que se hayan recabado en los archivos del Ejército, reúne un total de cincuenta y siete años, seis meses y veintisiete días de servicio activo, prestados a la Patria como militar. Sus restos fueron colocados en la Rotonda de las Personas Ilustres.
POR MARVIN OSIRIS HUERTA MÁRQUEZ