Hace dos semanas recibí un WhatsApp para cuadrar una reunión. Había la opción de dirigir en la Queens League; al final, no se concretó, pero hasta ese día no tenía un conocimiento real de lo que trataban la Kings y la Queens League. La primera en mención es la varonil; la segunda, la femenil.
Como entrenador, jugador o directivo mexicano, tienes que tener en cuenta todas las posibilidades, lo mejor para seguir en esta profesión, ya que las opciones se acortan en el medio. Así que me permití leer sobre el formato y seguir las finales al equipo mexicano en el mundial que acaba de concluir, donde México quedó en semifinales frente a Brasil en un partido lleno de emociones.
A grandes rasgos, es fútbol siete con distintas reglas que son de atracción para la audiencia que los sigue, como lo son el “penalti de presidente”, los inicios en un dos contra dos por tiempo hasta llegar al siete contra siete, y las cartas que pueden utilizarse en algún momento del juego, por mencionar algunas. Lo que llama la atención es cómo ha ido en aumento la cantidad de seguidores, patrocinadores y visualizaciones que ha tenido este formato. Claro, ayuda que están involucrados actrices, streamers y algunos futbolistas profesionales de talla mundial.
Sé que nada igualará ni quitará nuestro fútbol 11, pero ¿hasta qué punto ciertas ligas, parados tácticos o costos altos de entradas han hecho que el fútbol sea un juego que está siendo carente de emociones? ¿Cada cuánto nos toca ver un juego como el que nos regaló la semifinal pasada entre Cruz Azul y América? Todos los que jugamos o vemos el fútbol sabemos que lo utilizamos para desconectarnos un poco de lo que vivimos día a día. ¿Cuántas veces el “tercer tiempo”, del que tanto se habla, se convierte en una convivencia para forjar buenas amistades, ponerse al día con la banda sobre lo vivido en casa o simplemente desconectarse y disfrutar de lo que nos gusta hacer? Eso es lo que pasa cuando vas a disfrutar un partido como aficionado: esperas pasar por muchas emociones, irte satisfecho del estadio y volver a las labores de nuestro día a día.
En nuestra tierra existen competencias amateurs que, tanto para el jugador como para el aficionado, son de gran interés por todo lo que genera el entorno futbolístico.
Vaya que hoy escribí desde el aficionado que llevo dentro porque, como dijo un filósofo de Buga: “Una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa”. Como entrenador, se tiene que ganar, no importan las formas.
Que vengan más y mejores partidos, formatos, y todo lo que sume para el bien del fútbol.
POR FRANCISCO CORTEZ