CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- En las frías calles de Ciudad Victoria, Marcelo Ruiz y su pareja enfrentan el invierno con una determinación que conmueve. A pesar de las bajas temperaturas y las advertencias de Protección Civil, ambos han decidido quedarse en su improvisado refugio al lado de la rectoría y el teatro, un espacio hecho con cartón y cobijas donde intentan protegerse del frío.
Marcelo,ha vivido en la calle durante los últimos ocho años. A pesar de las dificultades, ha encontrado en su pareja un apoyo incondicional.
«Ojalá nos apoyen para un cuarto de renta, ropa o más cobijas», comenta Marcelo. Juntos, han construido su vida en las calles, resistiendo las adversidades con el calor de su mutua compañía.
Ante el pronóstico de temperaturas cercanas a los 0 grados, las autoridades han intentado convencerlos de que acudan a un refugio. Sin embargo, Marcelo ha declinado las invitaciones. «No estoy acostumbrado a estar tan encerrado», explica, prefiriendo la libertad de su entorno, a pesar de los riesgos que conlleva.
Aun en estas condiciones, Marcelo mantiene una actitud resiliente. «Aquí vamos a permanecer», afirma, haciendo de su pequeño rincón en la calle un hogar temporal. Aunque su situación es precaria, el vínculo que comparte con su pareja les da fuerza para seguir adelante.
La historia de Marcelo es un llamado a la empatía y la solidaridad. Quienes deseen ayudar pueden acercarse a su ubicación habitual para ofrecer apoyo. Su mayor necesidad es contar con recursos que les permitan mejorar su refugio y enfrentar el frío de manera más segura.
En un entorno donde la vulnerabilidad es la norma, Marcelo y su pareja muestran que el amor y la esperanza pueden florecer incluso en las condiciones más difíciles, recordándonos la importancia de la compasión en tiempos de adversidad.
Por Raúl López García