En la últimas horas de su primer mandato como presidente de los Estados Unidos, el 6 de enero de 2020, Donald Trump demolió el cimiento más sólido de la democracia norteamericana que era la confianza de los ciudadanos de los Estados Unidos y la de gobiernos, partidos políticos y ciudadanos de todo el mundo occidental en esa forma de gobierno. El faro que orientaba el rumbo democrático de muchos países del mundo durante mas de 240 años se apagó. El asalto a mano armada al Capitolio de una horda salvaje tratando de impedir la confirmación del presidente Joe Biden acabó con la credibilidad de la democracia norteamericana.
Francis Fukuyama el politólogo que se preguntaba en 1990, después de la caída de la U.R.S.S. y los países de Europa del este si esto significaba que habíamos llegado a El Final de la Historia, ese prestigiado analista publicó el 6 de enero de 2022 un artículo en el New York Times al que tituló “Un solo día bastó para que el mundo apartara la mirada de nosotros” en alusión al ataque al Capitolio que ha significado la ruptura del paradigma de la democracia norteamericana como el modelo a seguir.
El rechazo en las elecciones de los países de Europa y América latina al modelo neoliberal que permitió la mayor acumulación de capital en la historia e hizo posible que el uno por ciento de la población del mundo sea dueño del 90 por ciento de la riqueza, se refleja en los resultados electorales. En América latina han sido electos gobiernos de izquierda en Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Venezuela, Colombia, Bolivia, Peru, Nicaragua y México, mucho de ellos han cedido el paso y otros se han consolidado.
En Estados Unidos Donald Trump mismo representa la llegada de un gobierno populista de la extrema derecha Norteamérica en rechazo de los gobiernos neoliberales de mercados globalizados. En Europa ha sucedido algo semejante en los últimos diez o doce años. El común denominador en todos los casos es el rechazo al modelo neoliberal que dió como resultado la elevación de los indices de pobreza y desigualdad.
En 2022 a la cuestión de ¿Qué hacer ante el colapso de la democracia? Fukuyama y otros analistas han tratado de responder de diversas maneras, Fukuyama convoca a salvar a la democracia liberal, desechando al neoliberalismo al que considera como una desviación, pero tal parece que el llamado llegó tarde.
Durante los pasados 4 años Trump y su equipo de abogados, publicistas y propagandistas sortearon todas los acusaciones y juicios en su contra desde los de acoso y abuso sexual, pago de sobornos, práctica indebida de la profesión inmobiliaria, hasta la acusación política de sabotaje electoral. Finalmente y desde las redes sociales, logró convencer a los electores de Norteamérica que le dotaron con su voto del triunfo electoral más contundente de los últimos 50 años.
Llega Donald Trump al poder de los Estados Unidos encabezando una oligarquía integrada por los hombres más ricos de la historia. Elon Musk dueño de una fortuna de 433 mil millones de dólares, Jeff Bezos 239 mil, Mark Zuckerberg 211 mil, entre otros, que están alineados con el y que son dueños de un aparto tecnológico y comercial que maneja algoritmos e inteligencia artificial interactiva capaces de guiar el consumo de cientos de millones de personas en todo el mundo y según parece, también su orientación y su decisión política.
Sin la obligación ética de seguir las reglas de una democracia cuyos valores no respeta y al conjuro de ¡Hagamos America Grande Otra Vez! Trump amenaza a los países miembros de la OTAN de abandonarlos a su suerte, advierte a Rusos y Ucranianos, y a los Israelitas y los árabes de Hammas y Hezbolá para que detengan la guerra. Afirma que Groenlandia debe pertenecer a Estados Unidos y ofrece pagar por ella al estilo de una compra hostil en la bolsa de valores de New York, ridiculiza al Primer Ministro de Canada diciéndole que debería ser Gobernador cuando ese país se convierta en otro estado de los Estados Unidos. Amenaza a México con aranceles de 25% a sus productos, afirma que va a declarar terroristas a los narcos mexicanos y a perseguirlos en donde sea necesario, asegura que deportará a millones de migrantes ilegales y mientras tanto les cobrará el 10% por enviar dinero a sus países.
Sin lugar dudas, la llegada hoy de Donald Trump y la oligarquía norteamericana al gobierno del país mas poderoso del mundo, representa el fin de la democracia liberal y el inicio de una nueva era en la que está por verse cómo se redefine ese concepto o se encuentra una nueva forma de gobierno en la que no parece muy difícil vislumbrar quien estará al frente.
POR JESÚS COLLADO MARTÍNEZ