La experiencia de la primera gestión ha enseñado que la idea de amenazar a los gobiernos de otros países utilizada por el presidente Trump es una táctica que tiene como objetivo crear escenarios que permitan negociar en condiciones favorables o ventajosas posiciones de conflicto de intereses y alinearlos a las directrices y conveniencias de Washington.
En otros casos, como cambiar el nombre al Golfo de México por el de Golfo de América, son solo desplantes para entusiasmar a sus partidarios y tratar de erigirse en líder de los ultraderechistas, tanto del interior como de fuera de los EE. UU.
En el mandato 2016-2020, por ejemplo, advirtió que construiría un muro a lo largo de los 3 mil 142 kilómetros de la frontera con México y que, encima, obligaría a pagarlo al gobierno mexicano, sin embargo, únicamente construyó 13 kilómetros con recursos del erario estadunidense.
También amagó que expulsaría a todos los migrantes ilegales, pero tampoco lo consiguió. De acuerdo con las estadísticas el gobierno del presidente Joe Biden deportó sin bravuconerías a 4.7 millones, sin contar con los rechazados en la frontera, más el doble de los expulsados por el magnate gringo que solo expatrió a 1.5 millones.
En el fondo el objetivo de la política migratoria del otra vez mandatario fue obligar al presidente Andrés Manuel López Obrador a que tomara medidas drásticas para frenar el flujo de migrantes en la frontera sur y disuadir el tránsito de las caravanas de indocumentados hacia el norte.
Al regresar a la Casa Blanca ha agregado a sus bravatas e intimidaciones declarar a los cárteles de la droga mexicanos y de otras naciones como agrupaciones terroristas para justificar una eventual intervención militar.
En su arrogancia y desenfreno ha confirmado asimismo que impondrá aranceles del 25 por ciento todos los productos que entren al país de las barras y las estrellas provenientes de México, Canadá, igual que de los países del BRICS, (bloque comercial, político y económico integrado por Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica), como alternativa ante el grupo del G7.
Por si no fuera suficiente esta sarta de abusos de poder declaró que anexará Canadá a la Unión Americana, comprará Groenlandia y reasumirá el control del Canal de Panamá.
Solo le faltó autoproclamarse presidente del mundo.
¿Cumplirá las amenazas? No se sabe. Hasta ahora las disposiciones del mandatario solamente han provocado reacciones de temor entre las naciones en vías de desarrollo y de malestar y alerta entre las desarrolladas.
PROTEGEN DEL FRÍO A INDIGENTES
En temas locales, mientras tanto, el alcalde de Madero Erasmo González Robledo y su esposa la presidenta del sistema DIF, Dunia Marón Acuña, coordinan acciones desde el domingo para proteger a las familias vulnerables y a indigentes que viven en la vía pública de la onda gélida que comenzó a azotar a la región hace tres días.
A través de la Dirección de Protección Civil, unidades del gobierno recorren las calles de la ciudad para llevarlas a los albergues temporales de la temporada invernal para ofrecerles alimentación caliente, atención médica e instalaciones en donde guarecerse de las bajas temperaturas, como las registradas ayer y las que tendrán lugar a lo largo de la semana.
Por. José Luis Hernández Chávez