CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Desde los tres años, el deporte ha sido parte esencial en la vida de Mía Martínez, originaria de Tampico, Tamaulipas, su carrera comenzó en la gimnasia rítmica, disciplina en la que brilló al convertirse en campeona nacional y seleccionada estatal.
Durante años, Mía entrenó intensamente, logrando medallas y destacando en competencias de alto nivel en esta disciplina, pero, la vida le tenía preparado un giro inesperado: un balón de fútbol que, como en una historia de amor verdadero, terminó conquistándola.
“Primero, desde los tres años hago deporte. Empecé en la gimnasia rítmica, pero mi abuelito siempre tuvo un equipo en Tampico, y a mí me llamaba la atención, aunque no me dejaban jugarlo”, relata.
Aunque era un deporte que le gustaba, al final decidió terminar ese sueño de ser gimnasta, “llegas a una edad en donde si no estás en CONADE, ya no hay más, era un deporte muy difícil, de mucho entrenamiento, perfección, así que terminé mi etapa”, dijo a Oé!.
Intentó en otro deporte como atletismo, pero eso no era lo suyo, “me bastó una competencia para saber qué no quería estar ahí. Corría en 800 metros, duré como tres meses”.
Tras no querer el atletismo, todo el camino y el destino la llevó al que siempre fue su deporte favorito: el fútbol.
Fue precisamente su abuelo, un apasionado del fútbol, quien le permitió dar el salto, “mi abuelo hizo el equipo femenil, y de ahí empecé con Pachuca Norte. Él se encargó de sacarme el permiso, porque no me dejaban jugar, pero al final aceptaron. Me veían disfrutar mucho”, señaló.
A los 15 años, Mía comenzó a entrenar con equipos varoniles, lo que fue clave para desarrollar sus habilidades rápidamente, “aprendí rápido porque me metieron con niños a jugar. Al principio era portera porque el balón no me daba miedo, pero me aburría mucho, entonces me cambiaron de posición. Primero fui delantera y, después, defensa por mi físico. Fue ahí cuando ya me enfoqué completamente en esa posición”, explica.
SU ETAPA EN EL PUMAS Y FÚTBOL FORMATIVO
Mía avanzó rápidamente en el fútbol pues participó en competencias con el equipo varonil de su abuelo y más tarde, en equipos femeniles. “Fui a una copa en Guanajuato con el equipo varonil de mi abuelo. Luego, cuando mi mamá se fue a vivir a la Ciudad de México, entré a las básicas de Pumas y jugué en un equipo piloto Sub-15. Más tarde, me invitaron a la Tercera División Femenil con Azucareros, y ahí me seguí preparando”, cuenta sobre sus primeros pasos en el fútbol competitivo.
SU PASO A LA QUEENS LEAGUE: UN SUEÑO
La oportunidad que cambiaría su vida llegó de una manera inesperada pues el esposo de su tía, gran seguidor de la Kings y Queens League, (un torneo de Fut-7 patrocinado por influencers y que tiene reglas muy peculiares) descubrió la convocatoria para el prestigioso torneo y se la compartió.
“Me llama y me manda una foto de la convocatoria. Me dijo que me registrara y lo hice. Te registras, mandas fotografías, videos, y me llegó un correo diciendo que fui seleccionada para las pruebas. Fue algo increíble”, expuso.
El proceso de selección fue intenso. Más de 250 jugadoras de todo México se presentaron para ser evaluadas. “Nos pusieron pruebas técnicas, físicas y de campo: ejercicios de uno contra uno, defensivos y ofensivos, dos contra dos, los shootouts… cada estación te calificaban y sumaban todo. Cuando me llegó el correo diciendo que había pasado, no podía creerlo. Después nos avisaron quién iría al draft”, narró emocionada.
El día del draft fue inolvidable y algo curioso pues ella pensaba ya no sería seleccionada, pues fue el último pick de todos. Incluso se puso a pensar en otras cosas y estaba decepcionada, pero la sorpresa le invadió.
“Sinceramente, pensaba que no iba a quedar porque veía cómo elegían a las otras y ya estaba en mi celular, ni atención estaba poniendo. Pero de repente dicen mi número, el 128, y la chava de al lado me dice: ‘¡Vas tú!’. Fue una emoción muy grande, no me la creía”, dijo emocionada por recordar ese momento.
Desde entonces, Mía vive un sueño en la Queens League: “Es súper padre, una experiencia única. Mis presidentes son los mejores, nos apoyan en todo. Sin duda el mejor momento que he vivido es mi debut, fue muy emocionante. Estaba nerviosa, pero después lo disfruté mucho. Como anécdota puedo decir que Marigol me empujó -entre risas-, pero eso me ayudó a concentrarme y saber donde estaba”, puntualizó.
APRENDE DE LAS MEJORES; SUEÑA EN LA LIGA MX
Además de los momentos de alegría, Mía destaca el aprendizaje constante que le ofrece esta experiencia, pues cabe resaltar es la más joven de toda la Queens League, pues tiene 19 años.
“Es algo muy padre, aprendes de todas las jugadoras. Las miras jugar y es otra cosa. Todo eso me ayuda a mejorar”.
Sin embargo, a pesar de su felicidad actual, tiene claro su próximo objetivo: llegar a la Liga MX Femenil.
Sin embargo, a pesar de su felicidad actual, tiene claro su próximo objetivo, “si pienso en la Liga MX Femenil. Es mi sueño estar ahí algún día. Aunque disfruto mucho estar acá, quiero seguir aprendiendo y creciendo. Mi sueño es llegar a la Liga y ser seleccionada de México”, afirma con determinación.
“Siento que con cualquier equipo jugaría, si confían en ti, adelante. Pero de más chica soñé con América o Pachuca”, señaló.
CAMBIARÍA LA GIMNASIA POR EL FÚTBOL
Mía también reflexiona y profundiza en el ‘hubiera’, pues habló sobre lo que podría haber sido si hubiera comenzado en el fútbol desde más joven.
“Daría todo por haber jugado fútbol desde chiquita. La gimnasia fue muy bonita, y viví etapas increíbles, pero el fútbol es mi pasión y no sé, hubiera estado mejor empezar ahí, pero bueno, ahora hay que disfrutar”, declaró la tamaulipeca.
Además de su pasión por el fútbol, Mía encuentra en el baile una forma de relajarse y expresarse. “Me gusta mucho bailar, es algo que disfruto mucho cuando tengo tiempo. Incluso voy a clases cuando puedo”, comparte de este pasatiempo que le permite desconectarse del rigor del deporte y mantener un equilibrio en su vida, recordándole la importancia de disfrutar cada momento, dentro y fuera del campo.
Por ahora, Mía se concentra en su presente y en seguir avanzando además de mencionar que es a su familia a quien dedica todo lo que logra.
“Quiero ganarme minutos y ser titular. Voy a dar todo de mí donde me toque jugar, porque mi meta es mejorar cada día”.
Con cada paso que da en el campo, Mía recuerda que su camino no ha sido fácil, pero también sabe que todo el esfuerzo ha valido la pena.
“Todo esto va dedicado a mi familia, especialmente a mi abuelito, que siempre creyó en mí y me apoyó desde el principio. Él me enseñó a luchar por lo que quiero. Este sueño es tan suyo como mío, a mi madre que siempre me acompaña a mis juegos, a todos”, finalizó.
Mía Martínez es un ejemplo de la perseverancia de quienes se atreven a cambiar de rumbo para seguir el llamado de su verdadera pasión.
Su historia, llena de sacrificios y superación, demuestra que los sueños no tienen límites y que, con trabajo duro, cualquier meta puede convertirse en realidad.
Con una trayectoria que apenas comienza, la futbolista tamaulipeca seguirá con trabajo y humildad para cumplir sus metas y representar a México y enfundada con una playera de algún equipo de la Liga Mx.
Por Daniel Vázquez
Expreso-La Razón