Título extraído de un libro muy recomendable de John C. Maxwell y coincidiendo con él en muchos aspectos, los cuales me hicieron entender que se ocupa de algo más y que hoy en día lo veo reflejado con la llegada de Santi Giménez al Milan.
Siendo entrenador de fuerzas básicas en el club Pachuca durante muchos años y auxiliar del Chaco Giménez, puedo escribir unas líneas sobre lo que conozco de Santi como persona y como futbolista.
Nacido en el año 2001, jugador siempre de Cruz Azul, desde sus inicios en fuerzas básicas fue siempre uno de los delanteros sobresalientes, junto con José Macías y Roberto de la Rosa. Aunque de distintas edades, con muchas virtudes fueron siendo parte importante de Cruz Azul, Chivas y Pachuca, respectivamente.
Más allá de las condiciones que engloban los fundamentos del fútbol (físico, técnico, táctico y psicológico), como la presencia física, su pierna zurda hábil, la explosividad en los cambios de ritmo, la presencia en el área y muchas aptitudes más, Santi siempre ha buscado mejorar en todos los aspectos.
En cuanto a las condiciones futbolísticas, estoy seguro de que las tiene, pero también existen otras situaciones que lo han hecho crecer en las grandes ligas del fútbol, y vaya que no es fácil en un medio de constante adaptabilidad, en donde se necesitan herramientas para sostenerse como persona y como futbolista. A continuación, mencionaré algunas de ellas:
• Hijo de un referente en Cruz Azul, cargar con esa presión que, aunque él no la haya elegido, viene asignada por el hecho de que somos personas que, inconscientemente, solemos comparar con la figura del padre dentro de la cancha.
• Resiliente, ya que si indagan más, tuvo una situación de salud que pudo alejarlo no solo del fútbol, sino de la vida.
Santi logró identificar el camino que lo llevaría a ser mejor en todas las áreas. Esto, iniciando por ser un hombre que lleva a Dios en su corazón, que lee, que optó por alejarse de los vicios, eligió adoptar los valores que enseñaban en casa. En cuanto a su carrera, supo que si quería sobresalir era necesario entrenar, prepararse y aprender lo antes posible, ya que en un medio como el fútbol la competencia es constante y más en esas esferas.
Otra gran virtud de Santi es escuchar y continuar con lo que se le ha enseñado. Los Giménez son una familia con un gran corazón, y Santi decidió escuchar y seguir los pasos que se habían inculcado en casa. Esto nos reitera que el talento no es suficiente, ya que para explotarlo se necesita mucho más que pegarle bien al balón. Esperemos que este sea el inicio de una gran temporada en el Milan.
Gracias por leerme. Y no solo en el fútbol pasa; en la vida, como en las distintas profesiones, se necesita más que solo tener el conocimiento de la materia.
Abrazo a todos y buen martes.
POR PACO CORTEZ