David Cerda Zúñiga es un tipo muy afortunado con una carrera meteórica en el ámbito político y judicial.
Luego de su fulgurante paso por la administración cabecista donde se consolidó como integrante fundamental del grupo más cercano al ex gobernador, se convirtió en el presidente del Poder Judicial de Tamaulipas.
Desde ahí, siguió operando a favor de los intereses panistas, como quedó claro durante largos meses de guerra político-electoral, en la que desde las instituciones de procuración e impartición de justicia se bombardeó a los candidatos y liderazgos de la 4T tamaulipeca.
Ya con Morena en el poder, como era de esperarse, su actitud cambió.
Desde la silla principal del Supremo Tribunal de Justicia maniobró para que la reforma judicial en el ámbito local haya transitado sin las protestas y la inconformidad que vimos entre sus pares federales.
Luego de renunciar a la presidencia que heredó de Horacio Ortiz Renán -otro célebre cabecista- se registró para competir en un complejo proceso de selección como aspirante a una magistratura en el décimo noveno del Poder Judicial Federal.
Pasó todos los filtros de los Comités de Evaluación del Poder Legislativo y del Poder Ejecutivo, que primero lo calificaron como elegible y después como idóneo, hasta que finalmente este fin de semana largo, la suerte, el bendito azar, lo favoreció y obtuvo su lugar en la boleta gracias a la insaculación, como candidato a una de las cuatro magistraturas en materia administrativa y civil que se votarán el 1 de junio.
No es el único (¿ex?) cabecista que fue agraciado con una candidatura: hay que apuntar también a Noé Sáenz Solís, otro integrante del actual Supremo Tribunal de Justicia como magistrado en materias Civil y Familiar, luego de haber sido la propuesta del ex gobernador para ocupar la presidencia del Tribunal de Justicia Administrativa de Tamaulipas, a partir del 2017, unos meses después de su llegada al poder.
Antes de eso, el abogado originario de Díaz Ordaz, había ocupado algunos cargos dentro del SAT en ciudades como Reynosa, Tamaulipas y Tuxpan, Veracruz; además de haber sido “asesor empresarial”.
Noé también fue calificado como idóneo por los Comités de Evaluación del poder Legislativo y del Poder Judicial, y su número también salió ganador en la tómbola que se llevó a cabo este fin de semana en las instalaciones del Senado, por lo que, salvo un ajuste de última hora, aparecerá en la misma boleta que su ex jefe.
Lo que son las cosas: aquel 15 de septiembre del 2022, en los albores del sexenio panista cuando el cabecismo en pleno intentaba hacer un control de daños a contrarreloj, fue Noé Sáenz Solís el que propuso a David Cerda como el candidato más idóneo a ocupar la presidencia del “Supremo”.
Hoy, ambos sueñan con volver a hacer equipo en el mismo Tribunal Colegiado, y nadie puede descartarlo si las suerte les sigue favoreciendo como hasta ahora.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES




