El viejo estilo de la política en Tamaulipas está recurriendo a una estrategia en la que se busca hacer lo que sea necesario, para recuperar el poder que perdió en las urnas.
En círculos de la Cuatroté se tiene claro que el cabecismo, principal corriente opositora en el estado y sus aliados de ocasión, sigue empeñado en recurrir a la única estrategia que conoce: la mentira y la calumnia.
Ahora, han intentado vincular a personajes morenistas -en particular a Américo , el hijo del gobernador -, con una persona detenida en Brownsville el pasado 27 de enero.
Pero de la acusación no se han mostrado pruebas, documentos, ni testimonios, por lo que no se sostiene su acusación.
En cambio, los promotores lo que sí tienen es un largo historial de guerra sucia, montajes mediáticos y un profundo desprecio por la inteligencia de los tamaulipecos.
El rumor difundido en algunos medios, especialmente del norte del país, ha quedado como eso solamente.
Un ejemplo del embate basado en la acusación sin base, es que la fotografía con la que intentaron sembrar sospechas ni siquiera corresponde a la persona mencionada.
Desde Morena se ha tomado nota de eso y se recuerda que el cabecismo se caracteriza por usar este tipo de estrategias que, más que informar o investigar, lo que pretenden es sembrar dudas, generar escándalos y desviar la atención de lo que realmente importa.
Se ha dejado claro que, mientras el cabecismo residual está ocupado fabricando mentiras, el gobierno estatal sigue desmantelando la red de corrupción que dejaron los exfuncionarios de la pasada administración.
La administración de Américo Villarreal Anaya ha emprendido una limpieza profunda en las finanzas y en la estructura de poder que saqueó Tamaulipas durante años.
La lectura que se hace de los ataques es que no es casualidad que vengan justo cuando la transformación avanza con pasos firmes.
Tampoco es coincidencia que intenten fabricar historias, justo cuando varios exservidores públicos están en la mira de la justicia, por los desfalcos cometidos en el sexenio pasado.
Otro aspecto que se observa desde la Cuatroté es que existe un evidente miedo a la verdad, lo que mueve al cabecismo en estos momentos.
Y no se trata de un miedo infundado, pues desde el grupo de afines al cabecismo saben que han perdido credibilidad, que en las urnas les dieron la espalda y que su discurso está agotado.
En Morena y en la Cuatroté se afirma que por eso es que recurren a estas tácticas de golpeteo, al viejo estilo de hacer política, porque cuando no hay propuestas, cuando no hay respaldo popular, cuando no hay ideas, queda la mentira.
Hay algo que los golpeadores políticos no han entendido: Tamaulipas ya cambió y la gente sabe identificar los montajes burdos y los titulares escandalosos.
Se han olvidado que lo que buscan los tamaulipecos son resultados, seguridad y un gobierno que trabaje para ellos, no para los intereses de unos cuantos.
Y lo que se ve hoy, no es más que un intento desesperado de la vieja política por recuperar lo que perdió.
Pero esa época ya quedó atrás. La transformación sigue, con hechos, con justicia y con la convicción de que el cambio en Tamaulipas es irreversible, esa es la premisa que se tiene en la Cuatroté ante este tipo de embates mediáticos.
Por. Tomás Briones
abarloventotam@gmail.com
