De aprobarse la iniciativa enviada por la presidenta Claudia Sheinbaum al Senado de la República, en el 2027 terminará un cortísimo periodo de nueve años en lo que se permitió la reelección en Tamaulipas.
El documento que ya se encuentra en manos de la Cámara Alta habrá sido revisado con alivio por los alcaldes y diputados que entraron en funciones en el 2024, pues no les quita la oportunidad de buscar un trienio más en la próxima elección local.
Ese proceso será el último en que será posible que un edil o legislador compita por la reelección.
Con la noticia habrán sonreído los presidentes municipales recién llegados como Mónica Villarreal, Erasmo González, y Alberto Granados, que seguramente iniciaron su administración analizando la posibilidad de extenderla hasta a seis años, o dar un salto a otra posición.
La disposición que sí se hará efectiva de inmediato es la prohibición del nepotismo político-electoral.
La propuesta de Claudia Sheinbaum que seguramente será aprobada aunque deje a algunas familias damnificadas como a los Monreal y al mismo Félix Salgado Macedonio, indica que ningún familiar del titular -ni de sangre, ni político- puede competir por el cargo que ocupe actualmente.
Esta determinación, desde luego, también modificará las hojas de ruta de múltiples proyectos políticos en Tamaulipas.
El caso más evidente de esta práctica fustigada por la presidenta es el de Reynosa, donde la reelección y el nepotismo permitió que una familia cumpla 12 años en el poder, con dos administraciones seguidas de Maki Ortiz, y luego dos de su hijo, Carlos Peña Ortiz.
El mensaje de la reforma es claro: si alguien pensaba heredar su posición a su hijo, sobrino, primo o cónyuge, tendrá que cambiar de planes.
Desde su primera aplicación en Tamaulipas en la elección del 2018, la reelección ha tenido resultados mixtos.
En aquel entonces, 24 de los 43 alcaldes tamaulipecos intentaron mantenerse en el cargo; solo la mitad lo logró. Personajes como Maki Ortiz en Reynosa, Enrique Rivas en Nuevo Laredo y Alma Laura Amparán en Altamira lograron la continuidad, mientras que en municipios clave como Matamoros, Madero y Tampico, los alcaldes en funciones fueron desplazados por nuevos liderazgos.
Tres años después, en 2021, la situación cambió drásticamente: solo seis alcaldes buscaron y obtuvieron la reelección, como un reflejo del desgaste político y del voto de castigo que la ciudadanía empezó a ejercer.
En el Congreso del Estado, la reelección también ha sido limitada. En 2019, solo seis legisladores locales buscaron repetir en el cargo y la mitad lo consiguió.
El proceso de 2024, seis años después del primer experimento, arrojó cifras similares a las de 2018. De los 43 alcaldes, 23 buscaron mantenerse en el cargo y solo 13 lo lograron. Las filas del PAN sufrieron una pérdida significativa con la derrota de Alejandro García Barrientos en Aldama, Maybella Ramírez en San Fernando, Gabriela Verlage en González y Antonio Leija en Tula.
En contraste, los alcaldes de Morena lograron consolidar su presencia, con casos como los de Carlos Peña Ortiz en Reynosa, Eduardo Gattás en Victoria, Nataly García en Díaz Ordaz y Armando Martínez en Altamira.
Con las nuevas reglas propuestas desde Palacio Nacional, la historia volverá a cambiar muy pronto.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES
