CIUDAD MADERO, TAMAULIPAS.- Unos 300 pescadores de aguas interiores en Tamaulipas se encuentran en una grave crisis debido a los operativos de la Marina, que les impiden realizar su trabajo diario.
Sin permisos de pesca y con el temor de que les confisquen sus equipos, los afectados denuncian que no tienen otra forma de subsistir.
El pescador Javier Galicia, de los pescadores asegura que la falta de permisos de pesca los ha dejado en una situación de incertidumbre.
«No podemos ni ir a pescar porque tenemos miedo», señala uno de los afectados. Si intentan salir sin el permiso correspondiente, corren el riesgo de perder sus herramientas de trabajo: las redes, las lanchas y los motores.
«Ahorita ya nos quitaron los equipos, a la otra nos van a quitar la lancha y el motor. ¿Qué vamos a hacer? Vamos a perderlo todo», lamentan.
Galicia, dijo que no hay forma de tramitar los permisos de pesca.
«El permiso de pesca no hay.Y si no hay como lo hacemos. Hay gente que ya es grande de edad que no sabe hacer nada más que pescar. Toda su vida ha pescado en el río.», dijo,
QUIEREN SOLUCIÓN
Ante este panorama, los pescadores piden una respuesta inmediata de las autoridades.
«Que nos resuelvan algo, para no estar así. No queremos problemas con la Marina, solo queremos que nos dejen trabajar», expresó
Los pescadores, dijeron que están dispuestos a respetar las vedas y las regulaciones necesarias, pero que necesitan condiciones que les permitan continuar con su labor sin temor a represalias.
«No queremos ni ser perjudicados ni perjudicarlos. Solo queremos que nos dejen trabajar a gusto», enfatizan.
SON FAMILIAS DE PESCADORES LAS AFECTADAS
La mayoría de los afectados son personas de edad avanzada, que han dedicado su vida a la pesca y no tienen otra fuente de ingresos. «Hay gente que ya es grande y no sabe hacer otra cosa más que pescar. Toda su vida ha pescado en el río», comentan.
La imposibilidad de salir a pescar no solo afecta a los pescadores, sino a toda una comunidad que depende de esta actividad para subsistir. «Somos miles los afectados, los que vivimos de la pesca», advierten con preocupación.
Los pescadores de aguas interiores esperan que las autoridades atiendan su llamado y les brinden una solución que les permita continuar con su oficio. Mientras tanto, la incertidumbre y el miedo siguen presentes en su día a día, amenazando con acabar con una tradición que ha sostenido a generaciones de familias en la región.
CONDICIONES PRECARIAS
A diferencia de los pescadores de altamar, quienes cuentan con embarcaciones más grandes y permisos en regla, los de aguas interiores trabajan al día y dependen de lo que logran capturar cada jornada.
«Uno no tiene un sueldo fijo, a veces no ganas nada. A veces te quedas con lo de la gasolina para poder salir al otro día a pescar», explican.
En ocasiones, la pesca del día solo deja ingresos de 100 o 200 pesos, insuficientes para sostener a sus familias.
Además, deben reservar parte de sus ganancias para el mantenimiento de sus motores y lanchas, lo que hace aún más difícil su situación económica.
Por. José Luis Rodríguez Castro
Expreso La Razón