Han sido días muy movidos en nuestra Liga MX, tres entrenadores destituidos por distintas razones. Algunas de estas decisiones pueden parecernos justas, otras no tanto, pero al final todas conducen a lo mismo: cambios en el banquillo en cuestión de meses.
Estoy consciente en que, si todos utilizamos el sentido común, entenderemos que la prioridad en el fútbol así como en la vida es ganar; aunque últimamente a algunos por unos cuantos pesos quieren lo contrario, pero por lo general se busca el ganar.
Dejando eso de lado, me cuestiono constantemente en nuestro fútbol: ¿Por qué tanta irregularidad? ¿Por qué tan poca paciencia a los entrenadores? ¿Acaso hemos convertido la inestabilidad en una característica de nuestra cultura futbolística mexicana?
Si analizamos el liderazgo en el mundo empresarial, existen varios caminos para llegar a la dirección de una compañía. Algunos de ellos son: la promoción basada en la antigüedad y buen desempeño, otra opción es la contratación externa donde se evalúa la trayectoria del candidato en otras empresas, su capacidad de liderazgo y las mejoras que ha implementado en sus anteriores puestos y una más es la convocatoria pública con un perfil específico, requisitos, entrevistas y filtros antes de elegir al candidato idóneo.
Si esto funciona en empresas de alto nivel, ¿por qué en el fútbol mexicano no aplicamos un modelo similar para estructurar nuestros proyectos deportivos? La realidad es que, si existen planes estratégicos en los clubes, su ejecución deja mucho que desear.
Primero como directivo o dueño, se debe tener clara la misión, visión y objetivos a corto, mediano y largo plazo. Solo así se podrá consolidar un proyecto sostenible, donde los resultados sean la consecuencia natural de un funcionamiento eficiente en todas las áreas.
Después la elección del perfil del Director Técnico basado en un análisis como por ejemplo el modelo de juego que utiliza, el sistema que maneja, cómo gestiona, tipo de liderazgo que ejecuta, metodología que practica; entre otras. Que este sea un perfil que encaje con la identidad y proyecto del club. Si la elección se hace correctamente, el entrenador debe contar con respaldo y estabilidad, al menos con un contrato de dos años, pues los proyectos sólidos requieren tiempo. Como bien dicen: Roma no se construyó en un día.
Enseguida de definir al estratega, el siguiente paso es la conformación del plantel en colaboración con el Director Técnico para tener el perfil claro del jugador que se pretende contratar, no solamente se trata del tema futbolístico que es la parte técnica, táctica, psicológica y física además, es fundamental considerar aspectos extracancha: su disciplina, valores y profesionalismo, algo que muchas veces se deja de lado en el fútbol actual.
Al final sigo insistiendo que todos construimos nuestro fútbol mexicano con sus altas y bajas, creo que más bajas que altas pero es lo que hay.
Lo que ronda por mi cabeza en muchas situaciones actuales es ¿qué nos pasa? Muchos estamos fuera por querer corregir lo que estaba podrido a través de disciplina, valores, esfuerzo, voluntad y responsabilidad, que conlleva el portar una camiseta de instituciones serias, no seamos cómplices de lo que sucede en nuestra actualidad. ¿O tú qué opinas? Nos leemos en la próxima y deja tu opinión en los comentarios.
POR FRANCISCO CORTEZ