Una vez más, Correcaminos vuelve a estar en una final y ser protagonista en una liga. Hablo de Correcaminos de la Liga Premier, quien nuevamente se metió a liguilla y ahora disputará la final del torneo de filiales tras vencer a Celaya el pasado fin de semana.
Solamente ellos saben lo que han pasado para llegar a ese partido. Sólo ellos saben cuánto han entrenado, trabajado, sufrido, viajado. Y a pesar de muchas situaciones adversas, han logrado que el nombre de Correcaminos aparezca de nuevo en una final, aunque sea en una división menor.
Esta es una llamada de atención, un “hey, aquí estamos” de estos chavos, en su mayoría tamaulipecos, que quieren salir adelante. Quieren una oportunidad en el primer equipo y sueñan con mostrarse.
Algunos no saben qué pasará con ellos. A pesar de varias buenas actuaciones en torneos anteriores, no han sido considerados ni siquiera para una charla. Pase lo que pase, algunos buscarán nuevos horizontes; otros tal vez decidan quedarse y jugársela. Sea cual sea la decisión, ojalá que en esta final se brinden, disfruten y jueguen como si fuera su última oportunidad. Que lo hagan con ese corazón y esos huevos que los caracteriza.
Ellos sí merecen los bonos. Ellos sí merecen la atención y la oportunidad.
Ellos que sienten los colores, que empezaron desde abajo, que han tragado tierra. Hoy les toca probar el dulce sabor del fútbol.
Mañana estará en sus manos. Mañana es el día que tanto esperaron. El día de dar un golpe sobre la mesa con la mira puesta en el campeonato.
MANO DURA… POR FIN
Cambiando de tema, no puedo dejar pasar que, después de varios meses, por fin la directiva se amarró los pantalones, tomó aire y dio el manotazo que ya era urgente: respeto a la institución.
Una vez se le perdonó, una segunda se le pasó pero la tercera fue la vencida: Omar Rosas quedó oficialmente fuera del equipo, tras jugar en el fútbol amateur sin permiso y con contrato vigente.
Aunque a Omar le molestó que la noticia se hiciera pública (porque vaya que se sintió con la prensa), eso no se hace y menos cuando ya eres un recurrente en la lista de sancionados.
He visto comentarios que lo defienden diciendo que lo hizo por necesidad… pero créanme: los jugadores de Correcaminos no ganan mal, tal vez no cobren como en los tiempos de bonanza (150, 200 o hasta 500 mil pesos mensuales), pero su salario es suficiente para vivir bien. No hay excusas y por algo le dieron las gracias.
Esto debe ser una llamada de atención para todos y el equipo necesita una sacudida real porque hay jugadores que tienen secuestrado el vestidor, que piensan que pueden hacer lo que quieran.
Hay quienes ya cumplieron su ciclo y deben buscar nuevos retos. ¿El problema? La mayoría tiene contrato hasta diciembre.
Ahí es donde urge un director deportivo que tome decisiones. Pero ese es tema para otra columna.
Hasta aquí fue todo… Nos vemos en el Alvizo para la final de los chavos de Premier.
POR. DANIEL VÁZQUEZ
