Tan profundo ha calado el histórico estigma de la inseguridad en algunas entidades del país como Tamaulipas, que algunas veces las estadísticas se pasan por alto.
Es verdad, como suele decirse, que la lucha contra la delincuencia es una tarea inacabada y por lo tanto, nunca puede darse por ganada, pero a estas alturas, con las cifras a la mano, habría que ser muy terco para no reconocer la tendencia a la baja que se observa en la incidencia delictiva.
Uno de los indicadores más relevantes por tratarse del delito de mayor impacto, es el de los homicidios dolosos.
En ese rubro, Tamaulipas vivió un muy prometedor primer cuatrimestre del año, con el periodo de menos asesinatos desde que se desató la ola de violencia en el sexenio de Felipe Calderón.
Estadísticas que también quedan muy por debajo de las que arrojó la anterior administración panista, lo que también derriba el mito de que en ese periodo se controló la inseguridad en el estado.
De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el primer cuatrimestre del año se contabilizaron 73 víctimas de homicidio doloso, una reducción significativa frente a los 108 casos registrados en el mismo periodo de 2024, los 111 de 2023, los 114 de 2022, y muy por debajo de los 225 registrados en 2019 o los 318 en 2018.
Queda claro si se observan estos números que la baja de los homicidios se aceleró desde el 2022 cuando Américo Villarreal asumió la gubernatura.
La disminución representa un descenso del 32% respecto al año anterior y una baja del 77% en comparación con el pico observado en 2018.
El mes de abril de 2025 registró apenas 14 homicidios, lo que lo convierte en el mes con menor incidencia en al menos una década.
Este comportamiento contrasta con los 81 asesinatos de abril de 2018, los 53 de abril de 2019 y los 47 de abril de 2020, reflejando una tendencia sostenida a la baja.
En términos de incidencia delictiva total, el estado también muestra signos de estabilidad. En el primer cuatrimestre de 2025 se registraron 13,068 delitos del fuero común, cifra apenas menor a los 13,303 del mismo periodo de 2024, pero significativamente más baja que los 15,663 de 2017.
Aunque el volumen general de delitos se mantiene relativamente estable desde 2021, la baja en los homicidios dolosos, considerados como el indicador de mayor impacto social, marca una diferencia relevante en la percepción y realidad de la seguridad pública.
La misma tendencia se observa en el contexto nacional, lo que obliga a pensar que la estrategia de la presidenta Claudia Sheinbaum y el Secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, está rindiendo frutos.
En el país, de septiembre de 2024 a mayo de 2025 el homicidio doloso disminuyó en 25.8 por ciento, lo que significa 22 homicidios diarios menos que en septiembre del año pasado.
Por eso, insisto, hay que ser muy terco o tener una visión muy nublada por las diferencias políticas, para no reconocer que la baja de los delitos ya pueden considerarse una tendencia sostenida, y por lo mismo, una muy buena noticia.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES




