El “fuego amigo” ha empezado en Tamaulipas y obviamente, van a querer tirarle a los cuadros políticos que más fortalecidos se encuentran rumbo al 2028.
Y la tampiqueña Olga Sosa, quien es Senadora de la República por Morena, es en este momento, la mujer con carrera política, más conocida en todo el estado.
Esto ha empezado a dolerle a muchos, es por eso que están lanzando ataques a través de información y páginas falsas para tratar de hacer ruido.
Pues resulta que están manejando dolosamente una supuesta información donde se le atribuye una operación por más de 30 millones de pesos en una casa de bolsa, y en lugar de esconderse o agachar la cabeza, la Senadora dio públicamente la cara.
Pues de entrada, mostró su posicionamiento, donde aclara que ella no es la titular de este movimiento bancario y que ese dinero no le pertenece, pues es una herencia que su abuelo le dejó a su madre.
Vergüenza deberían de tener estos cuates que muestran ser unos delincuentes profesionales al robarse esta información para tratar de confundir a la ciudadanía.
Olga Sosa es una maestra muy reconocida de la Facultad de Arquitectura de la UAT, empresaria, ex funcionaria municipal y Diputada local, con más de 20 años de carrera política.
Esta información del movimiento bancario ya es un “refrito”, la manejaron en el 2022y lo vuelven a hacer ahora, y lo único que provocaron es que la Senadora Sosa Ruíz dejara muy en claro que estos “ataques no harán que se desvíe del camino y sus metas trazadas”, la legisladora tiene carácter y pantalones para defenderse, eso es un hecho.
Y la neta, que poca abuela tienen las mentes perversas que son las autoras intelectuales, pues no respetan ni a la mamá de la Senadora, la señora no es política, es una maestra muy trabajadora y respetada en
Tampico.
Lo que tienen que hacer “algunos” por el hambre del poder, por querer poder posicionarse políticamente, pero esto no se vale.
Por qué además exponen a la mamá de la senadora, y están violentando su privacidad.
Los políticos de Morena han logrado consolidar un importante grupo político en la zona sur de Tamaulipas, la zona más pujante de todo el estado, y donde podemos presumir que se vive en paz.
Lo cierto es que ya le toca a Tampico, es el momento del sur, y es el momento de Olga Sosa.
Todo pinta para que Olga sea la mujer que le haga justicia al puerto Jaibo.
Esto no la va a tumbar, por el contrario, va más fuerte por y con Tamaulipas.
EL GOBER MOSTRÓ SU CARIÑO PORTEÑO
Este martes la alcaldesa de Tampico, Mónica Villarreal, encabezó una reunión emergente para ver el tema de las inundaciones por la cresta de los ríos,
Ya se había terminando la reunión con los acuerdos correspondientes en materia de Protección Civil con cada una de las dependencias involucradas, cuando de repente, la presidenta -dijo- :”El Gobernador está haciendo una video llamada”.
Y en ese momento, sin tanto show ni cuadro político, Mónica Villarreal tomó su teléfono y lo puso al micrófono para que el mandatario diera un mensaje.
Todo estaba muy claro, el Gobernador, demostró que la alcaldesa (su hermana) tiene todo su respaldo para afrontar la situación que se requiera.
Obviamente, muchos se quedaron con el “ojo cuadrado”, pues está video llamada no estaba en el guión de la reunión, fue una verdadera sorpresa para todos, menos para la presidenta municipal.
La familia, sea en las condiciones que sean, nunca se va a poder negar y el GOBER quiere mucho a su hermana, y tiene todo el derecho de mostrar públicamente su respaldo hacia ella.
DE ALCALDE A DOCTOR
Las lluvias le han pegado fuertemente al municipio de González y en medio de las lluvias el alcalde, Miguel Alejandro Zúñiga Rodríguez, atendió un parto .
El bebé ya no pudo esperar más y nació en la unidad a bordo que se le trasladaba.
Dónde, así me caiga gordo el presidente de este rancho, hay que reconocerle que fue el héroe de la película, pues el pequeñín llegó sano y salvo.
Ojalá y este bebé llegue con una “torta bajo el brazo” y le toque una rebanada de buena suerte Miguel Zúñiga para que, después de la tempestad, lleguen buenas noticias para los amigos de González.
Por. Mario Alberto Prieto
