6 diciembre, 2025

6 diciembre, 2025

Alzheimer en México: cuando el cuerpo y la mente comienzan a despedirse

México enfrenta un crecimiento acelerado de casos de Alzheimer, impulsado por el envejecimiento poblacional

CIUDAD DE MÉXICO.- En el rostro inexpresivo de don Manuel ya no hay rastros del hombre que fue maestro de matemáticas durante 35 años. Su mirada vaga, su cuerpo se balancea en la silla como si buscara algo que no puede nombrar. A sus 76 años, enfrenta el avance del Alzheimer, una enfermedad que no solo borra recuerdos, sino que también desmantela el cuerpo, la voluntad y las relaciones más íntimas.

El rostro invisible de una epidemia silenciosa

México enfrenta un crecimiento acelerado de casos de Alzheimer, impulsado por el envejecimiento poblacional. Según cifras del Instituto Nacional de Geriatría, actualmente hay alrededor de 900 mil personas con algún tipo de demencia en el país, y entre el 60% y el 70% de esos casos corresponden a Alzheimer.

Las proyecciones son aún más alarmantes: para 2050, se estima que habrá más de 3 millones de mexicanos con demencia, en su mayoría Alzheimer, lo que representa un desafío urgente para los sistemas de salud, la seguridad social y, sobre todo, para millones de familias que cuidan a sus enfermos sin red de apoyo.

¿Cómo se manifiesta? Señales que no solo están en la memoria

Aunque la pérdida de memoria es la señal más conocida, el Alzheimer deja huellas visibles también en el lenguaje corporal, las expresiones faciales y el comportamiento físico:

  •  Rostro inexpresivo, con pérdida de gesticulación emocional.
  •  Mirada perdida o fija, desconectada del entorno.
  • Lenguaje lento o repetitivo, con dificultad para encontrar palabras.
  • Movimientos torpes: dificultad para abotonarse la ropa, usar cubiertos o caminar.
  • Inquietud o movimientos repetitivos, como frotarse las manos o caminar en círculos.
  • Alteraciones del sueño, incontinencia, dificultad para tragar o alimentarse.

Estas señales suelen aparecer antes de que el diagnóstico sea confirmado, y si los familiares las reconocen a tiempo, pueden acelerar la búsqueda de atención médica especializada.
El diagnóstico: paso a paso

Detectar el Alzheimer implica una combinación de evaluaciones:

  1. Entrevista clínica con médico general, neurólogo o geriatra.
  2. Pruebas neuropsicológicas para evaluar memoria, lenguaje, orientación y razonamiento.
  3. Estudios de imagen como resonancias o tomografías cerebrales.
  4. Descartar otras causas (depresión, desnutrición, tiroides, medicamentos).

Aunque no tiene cura, el diagnóstico temprano permite retrasar el deterioro, adaptar el entorno y preparar a la familia.

Opciones para mejorar la calidad de vida

Vivir con Alzheimer no significa dejar de vivir. Existen alternativas y estrategias que mejoran la calidad de vida de quienes lo padecen:

● 🧘 Terapia ocupacional: mantiene habilidades básicas como vestirse, comer, usar objetos.
● 🎶 Musicoterapia: ayuda a conectar con emociones y recuerdos, incluso en fases avanzadas.
● 🚶‍♂️ Actividad física ligera: mejora el equilibrio, el estado de ánimo y reduce el riesgo de caídas.
● 🧩 Estimulación cognitiva: juegos de memoria, dibujo, lectura en voz alta o conversación guiada.
● 🫂 Grupos de apoyo para cuidadores: evitan el aislamiento y reducen el estrés familiar.

Además, instituciones como el INAPAM, el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, la Fundación Alzheimer México A.C., y algunos DIF estatales y municipales, ofrecen orientación, talleres y seguimiento para familias.

Para los que cuidan: herramientas, no culpas

En México, más del 85% de los cuidados a personas con demencia los brindan familiares —en su mayoría mujeres— sin capacitación, recursos ni descanso. Muchos enfrentan agotamiento físico y emocional.

Especialistas recomiendan:

  • Establecer rutinas claras y seguras para el paciente.
  • Evitar discutir cuando hay confusión; cambiar el enfoque en lugar de corregir.
  • Respetar la dignidad del enfermo: hablarle con su nombre, mirarlo a los ojos, no infantilizar.
  • Buscar redes de apoyo en asociaciones civiles, centros de salud y plataformas comunitarias.

💬 Lo que el cuerpo dice cuando ya no hay palabras

“Mi madre ya no habla, pero cuando le canto la canción que me cantaba de niño, se le llenan los ojos de lágrimas y me aprieta la mano”, cuenta José, de 49 años, cuyo testimonio es reflejo de miles. “Ahí entiendo que todavía está conmigo, aunque de otra forma”.

El Alzheimer borra datos, pero muchas veces las emociones sobreviven, incluso cuando el lenguaje desaparece. El cuerpo responde con un gesto, un movimiento leve, una lágrima. Entender esas señales puede ser una forma de acompañar sin palabras.

POR. STAFF

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