TAMAULIPAS, MÉXICO.- La emergencia sanitaria por COVID-19 en Tamaulipas concluyó oficialmente el 26 de julio de 2023, tras más de tres años de pandemia que dejaron un saldo de al menos 8,181 muertes confirmadas y más de 188 mil contagios en la entidad, según datos de la Secretaría de Salud estatal.
Aunque la circulación del virus continúa en forma endémica y se han registrado nuevas defunciones aisladas en años recientes, las autoridades determinaron que las condiciones ya no ameritaban un estado de emergencia. El decreto correspondiente fue publicado el 27 de julio de 2023 en el Periódico Oficial del Estado.
Una pandemia que rebasó las previsiones
Los pronósticos iniciales preveían alrededor de 1,500 fallecimientos. Sin embargo, el número real de víctimas quintuplicó las estimaciones. Hasta la fecha, la estadística no oficial señala más de 8,600 muertes, incluyendo 241 casos aún clasificados como sospechosos. Entre las víctimas se encuentran 28 menores de edad, de acuerdo con reportes de salud pública.
Las principales comorbilidades asociadas a la letalidad fueron diabetes tipo 2, insuficiencia renal crónica, hipertensión, enfermedades pulmonares obstructivas y obesidad. El estudio más reciente en la entidad señala que los pacientes con insuficiencia renal presentaron el mayor riesgo de complicaciones fatales.
Pérdida de esperanza de vida y secuelas mentales
Además del saldo de vidas perdidas, la pandemia dejó una reducción de 4.9 años en la esperanza de vida al nacer para la población tamaulipeca.
Esta caída fue especialmente marcada en municipios urbanos con alta densidad de población, como Reynosa, Matamoros, Tampico y Ciudad Victoria.
En paralelo, se reportó un aumento del 20 por ciento en casos de ansiedad, depresión y trastornos del sueño, particularmente entre jóvenes y adultos mayores. Profesionales de la salud mental advierten que las secuelas psicológicas podrían extenderse durante la próxima década.
Comercios cerrados y turismo colapsado
La pandemia también afectó severamente al sector económico. En la zona conurbada del sur, uno de cada cuatro negocios cerró definitivamente, y muchos comercios en Playa Miramar fueron abandonados o traspasados.
El turismo estatal sufrió una caída histórica. Las restricciones sanitarias, el temor al contagio y la parálisis del transporte golpearon con fuerza a los prestadores de servicios en la costa y en destinos como Gómez Farías, Tula y El Cielo.
Aunque la emergencia sanitaria ya se dio por concluida, el virus no ha desaparecido. En 2023, Tamaulipas registró al menos 32 muertes por COVID, concentradas principalmente en la temporada de otoño. Expertos recomiendan mantener esquemas de vacunación actualizados y reforzar la vigilancia en población de riesgo.
El Comité Estatal de Seguridad en Salud mantiene operativos discretos de monitoreo y campañas focalizadas en comunidades vulnerables. No obstante, se ha eliminado el uso obligatorio de cubrebocas, los filtros sanitarios y el semáforo epidemiológico.
Un antes y un después
El COVID-19 dejó una huella profunda en Tamaulipas. Más allá de los números, cambió prácticas sociales, aceleró el uso de tecnologías digitales, impactó sistemas educativos y reveló las debilidades estructurales del sistema de salud.
A dos años del fin de la emergencia, la entidad sigue en proceso de recuperación, con heridas visibles en el tejido económico y emocional de la población. Las lecciones que deja la pandemia todavía están en proceso de asimilarse.
POR. STAFF
