Javier Garibaldi dijo adiós… y no aceptará un “quédate”. Ayer puso su renuncia en la mesa de Rectoría con carácter de irrevocable, por lo que se hace a un lado de la presidencia de Correcaminos.
Al final, cumplió su palabra, pues siempre dijo que cuando se fuera su amigo Héctor Eugui, él también daría un paso al costado.
La verdad es que este puesto no lo tenía ni tranquilo ni feliz. Nadie le niega a Javier Garibaldi lo que significó en la historia del club como jugador, pero como presidente nunca mostró el carácter que sí tuvo en la cancha.
Seamos sinceros: Garibaldi nunca quiso ser presidente. Le cayó el paquete, se le hizo fácil, y ya después, cuando descubrió lo que implica estar en un escritorio, dejó de disfrutarlo. Su semblante lo decía todo: en los últimos meses hasta de malas contestaba, y según rumores, llegó a enfrentarse con aficionados en un conocido restaurante.
Aunque tenía quien lo defendiera, lo suyo era insostenible. Como dice el dicho: lo que mal empieza, mal termina. Y lo suyo fue una muerte anunciada desde que en el caso de las apuestas prefirió el silencio antes que la mano dura, dejando ir la oportunidad de hacer historia.
En fin, pasó lo que tenía que pasar.
Urbina, el bombero de confianza
Jorge Urbina fue anunciado como nuevo entrenador de Correcaminos de forma interina, y fue uno de los detonantes de la renuncia de Garibaldi. Ahora al victorense le toca la papa caliente.
Urbina Sánchez tiene con qué. Ha sido campeón dos veces en Liga Premier, se ha preparado constantemente y ya dirigió otros equipos, incluso en Ascenso. ¿Que no le fue muy bien? Eso no es secreto, pero capacidad tiene. Y si ya se ha aguantado a tantos extranjeros y vividores en la dirección técnica, ¿por qué no respaldar a un victorense?
De hecho, la diferencia en el trabajo se ha notado. Cuando me tocaba ver los entrenamientos de Eugui, eran prácticamente circuitos de circulación por el centro o bandas, centro y finalización, y luego jugar retas o interescuadras, hasta con Premier o TDP.
Hoy ya fue distinto y los jugadores lo reconocen: se notó motivación y alegría, porque por fin hay un entrenamiento de hoy, no de los 90’s.
Yo no soy entrenador profesional, pero sé que así no se trabaja semana a semana. Esto no es Copa UAT…
¿Por qué no llegó Jorge Dimas al interinato?
Muchos han preguntado por qué Jorge Dimas no fue considerado. Y le cuento que, tras preguntar en varias fuentes, todas coincidieron en lo mismo: “no quiso”.
Por organigrama, a él le tocaba primero. Y sí recibió el llamado, pero declinó. Sus razones tendrá: quizá no se sintió confiado, quizá no quiso abandonar a su equipo en Segunda División. La realidad es que la oportunidad estaba ahí. Urbina, en cambio, no lo dudó y dio el salto, como buen bombero de confianza.
Han sido días movidos, con hermetismo, felicidad para unos, tristeza para otros… pero ahora todo apunta al Clásico Tamaulipeco, ese partido que Correcaminos no se puede dar el lujo de perder.
Que sea un gran juego en la cancha y que reine la paz fuera de ella. Nos vemos en el Marte.
POR. DANIEL VÁZQUEZ




