6 diciembre, 2025

6 diciembre, 2025

Primer Informe: Soberanía, democracia y libertades

Trópico de Cáncer/Jesús Collado Martínez

La Presidenta Claudia Sheinbaum, ha dicho en su Primer Informe de Gobierno que en México no se reprime, no se usa la fuerza del Estado en contra el pueblo, se practica la mayor libertad de expresión de toda la historia; no existe la censura; todas las autoridades son elegidas por el pueblo, y la presidenta camina sin miedo y con cercanía por todo el país.
 
Es profundamente significativo que el dos de octubre de 2024, el primer decreto que firmó la Presidenta de México Claudia Sheinbaum fue el denominado “Acuerdo por el que se reconoce que la matanza estudiantil de 1968 constituyó un crimen de lesa humanidad” en ese decreto se reconoció que la masacre de Tlatelolco fue un crimen de estado cometido por el gobierno federal bajo la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz.
 
En ese acuerdo se establece la obligación del gobierno de ofrecer a nombre del Estado mexicano una disculpa pública a las víctimas, a sus familias y a los sobrevivientes de la represión contra el movimiento estudiantil de 1968, también asume el Estado el compromiso solemne de que las fuerzas armadas no sean utilizadas para reprimir al pueblo de México garantizando la no repetición de actos de violencia semejantes a los acontecidos el dos de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.
 
El gobierno de la Cuarta Transformación llegó al poder a través del voto soberano, libre, secreto y directo de los mexicanos en una proporción sin precedentes en la historia electoral de nuestro país, 30 millones de votos para hacer Presidente de la República a Andrés Manuel López Obrador y casi 36 millones para hacer Presidenta a Claudia Sheinbaum, la primera mujer en ocupar el cargo.
 
Con esa misma libertad los mexicanos han acudido a las urnas al ejercicio de revocación de mandato y también a elección de jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia, para construir el nuevo Poder Judicial de México emanado del mandato soberano de los ciudadanos.
 
Claro que estos actos de ejercicio de las libertades soberanas han sido acompañados de críticas, descalificaciones, e incluso insultos de la derecha opositora partidista y civil, a través de los medios y las redes sociales, en un exceso que llega a la difamación y sin que hayan recibido a cambio del gobierno federal más que respuestas puntuales para aclarar o para desmentir las noticias falsas, las medias verdades, o las mentiras completas. No existe censura ni represión.
 
No hay desde hace siete años manifestantes asesinados ni lesionados por las autoridades, no hay presos políticos en las cárceles, no hay víctimas de la violencia del estado por sus expresiones políticas. Hay una libertad absoluta que se percibe en todas partes, lo mismo se manifiestan quienes están acuerdo con el gobierno, que los que están en contra, como las multitudinarias manifestaciones de la Marea Rosa en Paseo de la Reforma y El Zócalo, las manifestaciones contra la inseguridad en diversas ciudades, y la autodenominada La Resistencia de aparición reciente.
 
No hay limitación de parte del Gobierno de la República a las estridentes e injuriosas expresiones en televisión, radio, prensa escrita, y redes sociales, discursos poblados de insultos y mentiras proferidos sin ninguna restricción. No es poca cosa en un país en el que la memoria en colectiva guarda los asesinatos de líderes políticos, campesinos, obreros, estudiantiles, que en distintas épocas fueron privados de la vida por expresar sus ideas, otros fueron privados de la libertad en las cárceles de nuestro país, y los que mejor suerte tuvieron fueron perseguidos y vetados en todas partes.
 
Hoy están convocados todos los ciudadanos, sin distinción de origen ni filiación política, a colaborar en la integración de la Iniciativa para la Reforma Electoral, para que esa propuesta sea fruto de un esfuerzo democrático colectivo y no de un sola persona o una pequeña camarilla como sucedía antes.
 
Siete años han transcurrido sin que los fantasmas de la intolerancia y el autoritarismo hayan ensombrecido la vida pública de nuestro país, como dice la Presidenta Claudia Sheinbaum en su Primer Informe, ademas de los logros en la política económica, en las relaciones internacionales y en la política interior, “el humanismo mexicano también consolida la soberanía, la democracia y las libertades.”

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