CIUDAD VICTORIA, TAM.- En tiempos de Salinas, todos creyeron ingenuamente el cuento del “chupacabras”, que entonces sirvió como cortina de humo para distraer la atención social, pero ahora, aseguran -los propios ganaderos- que nadie va a tragarse el montaje de un gusano “comecarne,” con el cual se pretende desalentar la crianza de ganado.
Con la indignación en altos niveles, los criadores de ganado en esta región, proponen ahora, desechar cualquier estrategias de pánico, como esta que sugiere la inverosímil “resurrección” del Gusano Barrenador del Ganado, GBG, que fue, no solo “erradicado” de territorio mexicano, sino acabó relegado en los libros de historia. Lo que menos necesita el campo, advierten, es desaliento. Urge estimular la producción, reabrir fronteras al ganado tamaulipeco, y posibilitar que se comparta calidad excelsa en carnes que se lleven a las mesas en hogares de México y Estados Unidos.
La Unión Local Ganadera de Soto la Marina, certifica al municipio como libre de la plaga GBG, una vez que no se tiene reporte alguno sobre gusaneras encontradas que muestren características similares a las de la plaga, además de que los productores, celosos en el cuidado sus hatos, revisan y curan diariamente heridas que puedan exhibir sus animales.
A decir del presidente de la Union Ganadera Local, Venancio Garza Cedillo, la actividad pecuaria en el municipio mas extenso en Tamaulipas, después de San Fernando, atraviesa momentos difíciles y se encuentra en caida franca con descenso vertiginoso, igual que lo haría un coche apagado y sin frenos en carretera, desde “Los Cosacos” hasta Villa de Casas. Conservadoramente hace una evaluación.
El descenso en la producción de ganado, puede estar en niveles que van del 40 al 60% de lo que antes se producía. El criterio de los productores sostiene que, en Soto la Marina las plagas “apocalípticas”, que mantienen notablemente lastimada a la actividad ganadera son las sequías atípicas, heladas cruentas, la caída del mercado y el desplome absoluto de las exportaciones.
Derivado de este conjunto de males, ranchos enteros, que por productivos, dieron lustre a apellidos como Conde, Dragustinovis, Tavares, Arellano y otros, hoy lucen envueltos en abandono y desolación. Para medir la dimensión del drama ganadero en el municipio costero, es preciso remontarse a estadísticas recientes, en las cuales el Instituto de Estadística, Geografía e Informática, INEGI, por sus siglas, asienta que en 2017, el municipio de Soto la Marina, todavía lideraba la producción pecuaria con el mayor número de ranchos, a los cuales denomina “unidades productivas” orientados a la producción de semovientes, superando a Aldama, Abasolo, Jimenez, El Mante, Tula y Gonzalez.
En cuanto a la producción real de ganado, el organismo descentralizado concede a Soto la Marina el primer lugar como municipio con mayor existencia de cabezas de ganado en Tamaulipas seguido de Aldama, Gonzalez, El Mante y Altamira, que juntos conforman la región donde se concentra el 53.07% de la población total de bovinos en la entidad.
EJIDOS AL RESCATE
Hoy sin embargo, el panorama ganadero es diferente. No es en hombros de los propietarios de ranchos, sobre quienes descansa la economía del sector, sino que hoy por hoy, las unidades de producción ejidal, aportan el ganado necesario para cubrir la demanda del mercado interno de carne, una vez que sobre las exportaciones, pesa el suspenso.
Efectivamente, reportes de la Unión Ganadera Regional de Tamaulipas, hablan de 5 mil ranchos desolados en la zona centro del estado y la no prevista situación, terminó por entregar el rol principal al sector ejidal, que Incluso en municipios como Guerrero y Nuevo Laredo, presenta en cuestión de producción de ganado, cifras y datos sorprendentes. Al respecto, el INEGI dice: Al analizar el número de unidades y sus existencias, se encontró que el mayor promedio de semovientes por unidad de producción privada indistintamente de su tamaño es 528.67 y corresponde ésta que es la cifra récord, al municipio de Soto la Marina; mientras que Miquihuana tiene el menor con 8.78 cabezas de ganado. En la propiedad ejidal, el mayor promedio se localiza en el municipio de Guerrero con 107.71.
BUENAS NOTICIAS
Aunque las cifras y datos, de la UGRT describen la agonía del sector privado ganadero estatal, acosado por los 6 grandes males, en Soto la Marina, el inventario ganadero destaca que los productores disponen todavía de una proporción del 60.40% de las existencias de bovinos, para conservar la población en recría y destinar parte a la comercialización para garantizar el abasto.
A esto se agrega que, del inventario mayor de tres años, 22.56% de los bovinos son machos cuya función es la reproducción, fuerza de trabajo y engorda, y el resto 77.44% son hembras, sustento de la producción.
El hecho de que el sector ejidal ganadero presente el mayor número de unidades productivas en funcionamiento, tiene tal vez, un razonamiento audaz y francamente atrevido. Jamás hubo para el sector, actividad que ofrezca tanto rendimiento. No obstante la política de aranceles que Estados Unidos promueve y afecta a la carne, entre otros productos, en Soto la Marina, el becerro que presenta peso de 180 a 200 kilos, se paga a razón de 104.00 pesos kilogramo.
Becerros con pesos menor a los 220 pesos, cotiza a 114.73 pesos kilo. Becerro con pesos mayor a 120 kilos, cotiza a razón de 96.06 kilo. Becerra con pesos menor a 220 kilogramos, cotiza en el mercado a 106.33 pesos kilogramo, mientras que la vaca gorda cotiza en 66.50 pesos el kilo de carne.
VICENTE GONZÁLEZ M.
EXPRESO-LA RAZÓN




