CD. VICTORIA, TAM.- María Altair Tejeda Treviño. Maestra, cuentista, novelista, guionista de televisión y dramaturga. Nació y murió en Ciudad Victoria, Tamaulipas. (23 de octubre 1922-17 de septiembre de 2015).
Hija del profesor Rafael Tejeda Puente -apicultor, escritor y antologista de poesía dedicada a Jaumave- y Elvira Treviño Treviño.
Su infancia transcurrió entre lecturas de libros, aromas de azahares, murmullos del Río San Marcos, leyendas de su barrio, el sabor de los dulces de almendra elaborados por su madre y las aguas cristalinas de la acequia de la Avenida 17. Realizó estudios iniciales en la Escuela Primeria Leona Vicario y posteriormente cursó varios años en la Escuela Secundaria, Normal y Preparatoria de su ciudad natal.
Pasó a la capital del país donde se graduó de maestra de educación primaria en la Escuela Nacional de Maestros; realizó la maestría de Lengua y Literatura Españolas por la UNAM; tres años de Psicología y dos años de Artes Escénicas en la Ciudad de México. En 1942 a los 19 años de edad contrajo matrimonio con el ingeniero Santiago Tamez Anguiano, con quien procreó tres hijos.
Desde 1961 fue maestra de tiempo completo en la Escuela Normal Superior del Estado de Nuevo León, donde impartió cursos de verano regulares e intensivos. Entre 1971-1975 se desempeñó de Asesora Cultural de la Dirección Extraescolar en la Ciudad de México. Entre 1972-1974 por invitación del profesor y senador de la República Oscar Flores Tapia, fue Secretaria de Acción Cultural y Artística del Comité Ejecutivo Nacional de la CNOP.
Tuvo una destacada participación en las Conferencias Culturles de Verano de la Escuela Municipal de Verano Francisco M. Zertuche (1975); Directora del Centro Cultural de Bellas Artes del IMPI de Coahuila. Durante el gobierno de Enrique Cárdenas González en Tamaulipas (1975-1981); subdirectora de Asuntos Culturales, lo mismo en el sexenio del doctor Emilio Martínez Manautou (1981-1987).
En esa época promovió el Concurso Estatal de Teatro Maestro Rafael Solana donde han particiado numerosos grupos teatrales de Tamaulipas. Durante varios años colaboró en numerosas revistas y periódicos de varias entidades del país, entre ellos Provincia y Espigas de Saltillo, Coahuila; Matices y El Diario de Ciudad Victoria, Tamaulipas; Provincia Social, Ensayos, El Porvenir y Diálogos de Monterrey, Nuevo León y Cuadertnos Juarístas, Nueva Imagen y Presencia Educativa de la Ciudad de México.
Directora de la Casa del Arte de Ciudad Victoria
A lo largo de su vida obtuvo diversos premios y reconocimientos port su trayectoria, por ejemplo en Poesía seis en Ciudad Victoria y tres en Saltillo; dos de cuento en Tampico y San Luis; Primer Premio Nacional de Cuento en la Revista Paquita (1952) y Mariano J. Somante en Monterrey, Nuevo León (1967); Primer Premio de Teatro en México (1960) y Primer Premio de Teatro INBA (1958).
Su obra literaria es vasta y variada con la publicación de numerosos libros de poesía, teatro, cuento y ensayo. Poesía XXX Minutos (1952), Acroama (1960), Fuensanta (1966), Palabras Sencillas (1975) y Azares de Amor y Muerte (1979). Cuento: El Perro Acomplejado (1959), El Cementario de las Palabras (1980), Crónicas y Cuentos, Antología de Cuentos y otros. Ensayo: El Péndulo. El Mundo Interior de Ramón López Velarde a través de su Prosa y Otros Ensayos (1980), Buenos Días Victoria y Ochenta Ventanas para Asomarse al Mundo.
Teatro: Canasta (Premio Nacional de teatro 1958); Otoño Muere en Primavera (Premio Nacional de Teatro 1960); El Principito Adaptación al cuento de Saint Exupery); La Tía Elodia; La Telaraña; Variedd Rotaria 59; Los Fantasmas del Espejo Roto; Yerbabuena; ¿Jugamos Damas Chinas? Y Sesión de Cultura. Entre otros reconocimintos destacan: La Jaiba de Oro, otorgada por la Asociación de Tamaulipecos radicados en la Ciudad de México (1989), Reconocimiento del Centro Mexicano de la Asociación Internacional de Teatro Amateur (1989), Reconocimiento de la UAT y su nombre al Ciclo Mayo, mes de la Literatura (1989), Reconocimiento del R. Ayuntamiento de Victoria (1989 y 1990), Premio Guadalupe Victoria (1990), Reconocimiento a Labor Teatral en Aguascalientes (1990), Diploma de la Asociación de Mujeres Profesionistas de Tamaulipas (1991),
Reconocimiento Club Rotario Escandón (1993), Reconocimiento por su Obra Literaria. SEP. SEIT. DGETI (1994), Premio Creador Emérito por el Consejo para la Cultura y las Artes (1998), Imposición de su nombre a la Escuela Primaria de la Colonia Sierra Ventana (1999), Premio “Mi Vida en el Teatro” por la UNESCO e Instituciones de Teatro en México (2002), Reconocimiento como Generadora del Concurso Tamaulipeco para la Cultura y las Artes. Gobierno del Estado e Instituto Tamaulipeco de Bellas Artes (2001).
El Instituto Tamaulipeco de Bellas Artes le asignó su nombre al Concurso de Obra Dramática del (2002) y el gobierno del estado ITCA‐UAT, le brindó un homenaje a su labor literaria. En 2008 el Congreso de Tamaulipas le otorgó la Medalla Luis García de Arellano. En octubre de 2023 la Casa del Arte a través del ITCA con motivo de su natalicio le brindó un homenaje a su trayectoria.
Héctor Librado Salinas González. Médico Cirujano Pediatra. Nació y murió en Ciudad Victoria, Tamaulipas (23 de marzo de 1922-19 de julio de 1993). Hijo del Coronel Librado Salinas Saldívar originario de Jiménez, Tam., y María Severiana González Garza nativa de Burgos, Tam. Realizó estudios primarios en la Escuela Victoria y Secundaria en la Escuela Secundaria, Normal y Preparatoria. Se trasladó a la capital del país donde concluyó el bachillerato en la Escuela Nacional Preparatoria y posteriomente la carrera de médico en la Facultad de Medicina de la UNAM con especialidad de Cirujano Pediatra cursada en el Hospital Infantil de la Ciudad de México.
Al concluir sus estudios laboró en diferentes hospitales de aquella metrópoli. Posteriormente, realizó prácticas y residencia profesional en Jaumave, Tamaulipas, donde estableció la primera farmacia en sociedad con su hermano Homero Salinas. Al graduarse y desde el primer momento de pisar un hospital, ejerció su vocación médica con verdadera pasión.
En 1953 retornó a su solar natal donde estableció un modesto consultorio en la calle Hidalgo 9 y10. Durante esa época era gobernador del entidad el licenciado Horacio Terán, quien atiendió su petición de habilitar una de las áreas del Hospital Civil para realizar operaciones a infantes. De esta manera se convirtió en el primer cirujano pediatra del noreste de México, con más de 18 mil expedientes clínicos de pacientes atendidos en el Instituto Mexicano del Seguro Social, recién instalado en Victoria. En 1961 reactivó las Uniones Médicas en Tamaulipas y en mayo de 1963 al crearse los Servicios Médicos Integrales, recibió el nombramiento de primer Jefe de Servicios Médicos del IMSS en el estado, cargo que desempeñó ejemplarmente durante 22 años. Al principio de este período cerró su consultorio para dedicarse de tiempo completo a la medicina social, contemplada en el Juramento de Hipócrates. Durante su gestión administrativa se encargó de las Direcciones Médicas en la entidad.
Es decir, la administración de seis clínicas hospitales (T1) donde fueron directores: Laredo Dr. Lorenzo González Saldaña; Victoria Dr. Egidio Torre López; Tampico Dr. Manuel Ferral Maraboto; Mante Dr. Tomás Córdova Sandoval; Matamoros Dr. Pedro Garza Cantú; y Reynosa Dr. José Zertuche Ibarra. Además se establecieron hospitales en Laredo, Miguel Alemán, Camargo, Díaz Ordaz, Río Bravo, Reynosa, Matamoros, Valle Hermoso, San Fernando, Jimenez, Abasolo, Victoria, Llera, Ocampo, Xicoténcatl Mante, Antiguo Morelos, Nuevo Morelos, Manuel, González, Aldama, Altamira y Tampico.
Mientras en el estado de Veracruz en la zona norte puso en operación hospitales en Pánuco y El Higo. Gracias a su capacidad de gestión y buenas relaciones de amistad con los altos mandos del sector salud, en 1967 el IMSS adquirió la actual clínica Hospital de Ciudad Victoria, construida por la Secretaría de Salubridad y Asistencia. Entre 1981-1982 dirigió las primeras 85 clínicas IMSS-COPLAMAR en Tamaulipas.
El proceso se inició desde la adquisición de terrenos, construcción, equipamiento y funcionamiento. Lo mismo sucedió con tres Hospitales-Concentración localizados en Tula, San Carlos y Soto la Marina. En el ámbito profesional reconoció la capacidad médica de los doctores Arturo González Sepulveda, a quien llamaba «Manos de seda», Hugo Araujo, Francisco Velez García, Egidio Torre López y otros a quienes admiraba por su talento, por lo cual les brindó apoyo. Lo mismo sucedió con otros doctores recién egresados a quienes apoyó para que continuaran su preparación académica en Tampico, Ciudad Madero, Monterrey y Centro Médico Nacional.
Por ejemplo el doctor Manuel Villegas López, realizó una especializón en el Hospital de Traumatología de la capital del país, entonces dirigido por el ilustre médico tamaulipeco Victorio de la Fuente Narváez. Acerca del doctor Salinas, comentaban sus colegas y especialistas de renombre que era el único médico del noreste con mayor experiencia en diagnóstico, tratamiento e intervenciones quirúrgicas. Después de todo, una de sus mayores preocupaciones consistía en “…erradicar los padecimientos de sus semejantes.”
Con esos conceptos coincide el doctor Carlos Castro Medina al recordar que alguna ocasión envió al Hospital Infantil un niño de nueve meses de nacido para que se atendiera específicamente, bajo el diagnóstico de una envaginación intestinal. Para todos constituyó un acontecimiento increíble porque lugo de realizarle los estudios pertinentes, confirmaron que Salinas, tenía razón sobre el dictamen. Los médicos, laboratoriastas y enfermeras opinaron que era un verdadero y auténtico maestro. Para el doctor Salinas la medicina representaba un apostolado.
En este sentido, cuando por alguna circunstancia no se encontraba en la ciudad, a través de Alba María Moreno su inseparable esposa y fiel compañera, siempre estaba al pendiente de la salud de sus pacientes. Fue fundador de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de Ciudad Victoria, además de un apasionado de la música clásica, artes plásticas y la naturaleza. Dentro de los testimonios acerca de su vida profesional destaca uno del médico Juan Villagrán Uribe, quien afirma que Salinas “…era extraordinariamente trabajador y no dejaba proyecto sin realizar.
Además de activo y magnifico organizador.” Un día antes de su última operación compartió con los médicos jubilados del IMSS, momentos agradables de convivencia, “..aun sabiendo de su grave padecimiento y poco tiempo que estaría entre nosotros; un año antes de su fallecimiento él mismo se diagnosticó su enfermedad. Fue un hombre cabal, ejemplar amigo y médico sin par. Por su parte el doctor Jorge Salinas Treviño, menciona que su tío Héctor -tío Toto- como afectivamente le llamaba y su tío doctor Raúl Bermudez “…fueron quienes indudablemente le inspiraron para estudiar la profesión de medicina y en cuanto a su tío Héctor «…en lo particular, siempre me comunicó algunas recomendaciones y consejos.”
Con sus conocimientos, dedicación, personalidad, serenas y profesionales manos, realizó magistrales operaciones, como si estuviera creando una obra de arte, salvando un sinnúmero de vidas. El doctor Héctor Salinas revolucionó la medicina, rompiendo con tabúes ancestrales.
(Fuentes: Revista Perfiles/Ciudad Victoria/Julio de 1993; Family Search; familia Treviño Salinas.)
Francisco Ramos Aguirre/Cronista de Victoria
