CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- En Ciudad Victoria ya no se habla solo de burocracia ni de ser la capital administrativa de Tamaulipas, ahora el tema es un puerto seco que arranca con 55 hectáreas en la primera fase y una reserva de 1,200 hectáreas para crecer con el tiempo, el anuncio corre desde el gobierno estatal y se refleja en decretos oficiales que dieron vida a un fideicomiso y a un presupuesto para el plan maestro, la expectativa es que las primeras obras inicien a lo largo de 2026 y que en 2027 se ponga en marcha la operación inicial.
La inversión de arranque se ha estimado en 500 millones de dólares, con la idea de levantar bodegas, patios y oficinas y de conectar una espuela ferroviaria hacia Monterrey y Tampico, con ello Victoria se perfila como un punto de enlace entre el Golfo y la frontera, con un recinto fiscalizado que permitirá que las mercancías pasen aduanas sin saturar los puertos marítimos, lo que hoy se ve en papeles puede ser un nodo logístico con vida propia.
Un puerto seco funciona como un centro integral de logística y distribución, sus patios ferroviarios permiten recibir trenes cargados de contenedores que se desconsolidan y transfieren a transporte terrestre, en paralelo, las bodegas sirven para almacenar y clasificar mercancías antes de que salgan hacia distintos destinos, allí se realizan trámites aduanales, revisiones de seguridad y procesos de nacionalización de carga, lo que agiliza la circulación y reduce costos.
La estructura operativa incluye un recinto fiscalizado estratégico, donde se concentran las funciones aduaneras, además de áreas de cross docking para transferir productos sin almacenaje prolongado, naves industriales ligeras donde puede haber maquila y empaquetado y centros de distribución regional que abastecen tanto a empresas exportadoras como a cadenas comerciales, el modelo está diseñado para que la mercancía fluya sin detenerse demasiado y llegue en menos tiempo al consumidor final.
En México los puertos secos ya operan y muestran lo que se puede alcanzar, Pantaco en la capital mueve cientos de miles de toneladas intermodales cada año y es el gran patio ferroviario del país, aunque allí la vocación es más de transbordo que de parque industrial, mientras que Guanajuato Puerto Interior en Silao creció en dos décadas hasta tener más de 140 empresas instaladas, 25 mil empleos directos y el doble de indirectos, convertido en el corazón del clúster automotriz.
Más al norte, Interpuerto Monterrey se diseñó sobre 1,300 hectáreas con capital privado, su proyección inicial hablaba de 45 mil empleos y hoy es referencia por su conectividad con Estados Unidos y los puertos del Pacífico, mientras que en San Luis Potosí el WTC Intermodal se consolidó como nodo ferroviario hacia Manzanillo y Tampico, ejemplos que dejan ver que los puertos secos no son patios aislados, son ecosistemas que cambian economías regionales.
En Victoria, los cálculos iniciales hablan de 1,500 a 3,000 empleos directos durante la construcción de la primera etapa, que abarcará obra civil de patios, bodegas y oficinas, conforme se desarrollen nuevas fases esa cifra puede crecer a 10 o 15 mil empleos directos y hasta 30 mil indirectos, la masa salarial proyectada rondaría los 3 a 5 mil millones de pesos anuales cuando madure, y el valor de las mercancías movilizadas podría ir de 10 mil millones en la primera etapa a 50 mil millones de pesos anuales en plena consolidación.
En comparación, Pantaco seguirá siendo el más grande en volumen de carga, Monterrey tendrá la ventaja de la frontera y Guanajuato seguirá como polo industrial del Bajío, pero Victoria puede ocupar un espacio intermedio, con más terreno disponible que terminales como Toluca o Querétaro, con la posibilidad de articular un corredor Golfo–frontera que hasta ahora no tiene un nodo de esta escala en el noreste, ese sería su lugar en el mapa nacional.
El contexto importa, porque los decretos ya establecieron que el fideicomiso administrará los terrenos, que habrá un recinto fiscalizado estratégico, que el plan maestro se financia con recursos estatales y que la Universidad Autónoma de Tamaulipas participa como vínculo técnico, es decir, no es solo discurso político sino un proyecto con estructura jurídica y financiera en curso, la diferencia será cómo se ejecute y qué tan rápido consiga capital privado.
Las comparaciones son inevitables, Guanajuato tardó casi veinte años en consolidarse, Monterrey aún está en expansión y Pantaco opera con límites por saturación, Ciudad Victoria tendrá que acelerar su curva, la clave será la infraestructura ferroviaria, la atracción de inversiones industriales y la agilidad de su aduana interior, si estos factores se alinean el puerto seco puede darle a la capital tamaulipeca una nueva vocación y un papel protagónico en el comercio regional.
Por. Staff
Expreso-La Razón




