El gobernador Américo Villarreal Anaya cumplirá el miércoles su tercer año de gobierno e inicia la segunda mitad de su sexenio. Tanto morenistas como oposición comenzarán a perfilar a los “candidateables” y/o a sus “corcholatas”.
Es prácticamente un hecho que todos los partidos deberán elegir a una mujer como candidata y, de concretarse, Tamaulipas tendría a su primera gobernadora electa por la vía democrática.
Durante la primera mitad del sexenio, las posibles candidatas con más adeptos y simpatizantes mantuvieron una presencia constante y crecieron poco a poco hasta conformar la recta final. Por Morena figuran la senadora Olga Sosa Ruiz, la alcaldesa de Nuevo Laredo Carmen Lilia Cantú Rosas y la virtual magistrada presidenta del Poder Judicial del Estado, Tania Contreras.
En un plano más lejano aparece la secretaria estatal de Bienestar, Silvia Casas, aunque dentro del morenismo se le perfila más bien para la alcaldía de Victoria.
Las tres morenistas mejor posicionadas tienen algo en común: los constantes ataques y embestidas mediáticas por parte de opositores y adversarios, lo que ha contaminado el ambiente político en una elección que, al menos públicamente, ni ellas ni sus cercanos han manifestado impulsar bajo esa lógica.
En el caso de la alcaldesa Carmen Lilia Cantú Rosas, los ataques provinieron del cabecismo. La persecución poselectoral de la que fueron víctimas ella y su familia los mantuvo, como a otros morenistas, bajo hostigamientos y acciones judiciales constantes.
Tanto ella como su hermano Carlos Cantú Rosas lograron resolver su situación sin que se comprobara ninguno de los señalamientos.
El bastión de poder que representa una ciudad fronteriza tan importante para el país se fortaleció con los proyectos de infraestructura federal impulsados desde la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Ambos mantienen la suficiente fuerza para seguir sumando adeptos y simpatías, y dependerá de su astucia y trabajo político alcanzar un mayor posicionamiento en el estado.
La senadora Olga Sosa es una de las morenistas tamaulipecas más experimentadas. Su trabajo político prácticamente lo inició desde cero, con una agenda constante y bien estructurada que le ha permitido ganar espacios y aumentar su posicionamiento.
Su actividad es esencialmente en la calle y con la ciudadanía en general, un híbrido entre los recorridos de activismo que en su momento realizó López Obrador y el respeto al protocolo que exige el “manual de Carreño” tamaulipeco.
Recientemente, enfrenta señalamientos lanzados por panistas y morenistas que buscan debilitar el trabajo que ha construido durante años.
Por su parte, Tania Contreras, exconsejera jurídica del gobernador Américo Villarreal, será la encargada de reconfigurar el Poder Judicial de Tamaulipas tras la serie de reformas y elecciones que cambiaron por completo su composición. Se trata de una tarea compleja y cuestionada en cuanto a legitimidad.
Su encomienda será aterrizar lo recién legislado, al menos sin las deficiencias que desde la academia se pronostican, particularmente en el Poder Judicial de la Federación.
Si Tania Contreras logra implementar con rapidez y eficiencia, tendría credenciales suficientes para convertirse en una de las favoritas en la sucesión estatal.
Será su talento —y el de su equipo de trabajo— el que determine si la encomienda culmina con saldos positivos.
Además, la concentración de poder que tendrá en sus manos no tiene precedentes y le da fuerza suficiente para, en un futuro, competir directamente con el Ejecutivo. Un puesto difícil de dejar si logra ensamblar con éxito toda la nueva estructura y funcionalidad.
Son tres figuras dentro de la 4T tamaulipeca que cuentan con el respaldo de Morena y del gobierno en turno para consolidar el “segundo piso” de un movimiento que, al igual que a nivel nacional, tambalea entre grupos, sectas, dinastías y cacicazgos.
Por el momento, los reflectores estatales apuntan a Tania Contreras, la única que no ocupaba un puesto de alto nivel para equiparar fuerzas con el resto de las aspirantes.
Ya con el terreno parejo, tanto Tania como Carmen Lilia y Olga Sosa competirán con el temporizador que aún ostenta la senadora Maki Ortiz, con dos trienios municipales previos y, al igual que Olga, con la posibilidad de tejer alianzas con cualquier grupo político del país desde el Senado.
Los golpes seguirán, el lodazal aumentará, pero de ahora en adelante será la astucia y la claridad al momento de rendir cuentas lo que definirá si avanzan, frenan el paso o terminan —como suele ocurrir históricamente— fuera de la contienda.
Por. Pedro Alfonso García Rodríguez
@pedroalfonso88




