5 diciembre, 2025

5 diciembre, 2025

Lo siento mi chavo…

El camión de la basura no se va a llevar tus llantas viejas, te toca a ti llevarlas hasta el relleno sanitario, lo dice el reglamento

CIUDAD VICTORIA, TAM.- El Caminante llegó al punto de recolección de basura y vio como su vecino el Chente hacía corajes muy temprano por la mañana.
– ¿Pos que traes Chente?
– Es que me purga que los de la basura no se lleven las llantas, mi chavo, mira, están aquí desde la semana pasada… pasa y pasa el camión y nada que se las lleva
– ¿Y de quien son esas llantas?
– Son de don Sebas, es que le compró nuevas a la Silverado y desocupó esas dos, y las vino a tirar aquí al contenedor.

– Pero si ya saben que el camión no se lleva las llantas, ¿pa’ que las ponen aquí? – le respondió el Caminante – También don Fito, el de la ‘vulka’ de allá, quiso deshacerse de unas cuantas y nomas nunca se las llevaron.
– ¿A poco? ¿Y al final que hizo con ellas? – preguntó el Chente acomodándose limpiándose el sudor.
– Pues sabe…

– También el chavo que desarma carros y los vende en la chatarra, una vez hasta se andaba agarrando a madrazos con los de la basura porque no se quisieron llevar las llantas – dijo Vicente.
– ¿Y luego? ¿Si se las llevaron? – inquirió el Caminante.
– Nombre, acá entre nos, me comentó el vecino ese que es Guardia Estatal, que lo vieron tirándolas allá por el 40 Juárez en un baldío.

Los hombres interrumpieron el chismorreo al acercarse el camión de la basura que puntualmente acudía muy de mañanita a aquel sector de la capital tamaulipeca y efectivamente, cargó con un montón de bolsas negras, vació media docena de tambos viejos cargados de basura, unos pedazos de aglomerado y un triciclo viejo, pero las llantas ni siquiera las miraron.

El Caminante no se quiso quedar con la duda y acudió a la Dirección Municipal de Servicios Públicos para enterarse de primera mano de cómo diablos deshacerse de las llantas inservibles.
Pues resulta que efectivamente, a partir de 2014, los neumáticos ya no son considerados como ‘residuos sólidos urbanos’, (es decir, vil basura) y son tipificados ahora como ‘residuos de manejo especial’ y su manejo y traslado ya no puede ser manipulado por los camiones recolectores de basura. Esto de acuerdo al decreto publicado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en el Diario Oficial de la Federación.

Esto significa que establecimientos como talleres y vulcanizadoras deben pagar de su propio bolsillo un transporte especial, para llevar estos objetos a un lugar seguro (en este caso, el relleno sanitario local).

En años anteriores, los ayuntamientos solían realizar algunos proyectos de reciclado de llantas, y recibían neumáticos a sus instalaciones del 2 Berriozábal.
Estas actividades son indispensables porque las campañas de deschatarrización son preocupantemente menos frecuentes (a veces ni siquiera están dentro del presupuesto municipal) por lo cual se hace cada vez más difícil limpiar de llantas usadas la ciudad.
Por esto es necesario que sean los propios dueños de establecimientos que las manejan, quienes procedan a retirarlas conforme al reglamento.

También hay en la ciudad algunos grupos de vecinos y activistas que las aprovechan en talleres, tomándolas para transformarlas en piezas de hornato, como maceteros, y juegos infantiles.
Y es que las llantas usadas, no solo ‘afean’ la ciudad, sino que se convierten en un peligroso riesgo para la salud, pues al ocurrir un incendio los neumáticos producen altos índices de contaminación. De igual forma, al llegar la temporada de lluvias, sirven como ambiente propicio para la incubación de la larva del mosquito transmisor de enfermedades como el dengue, zika y chikungunya.

Es una obligación de cada ciudadano o empresa (por ley) hacerse responsable de los residuos de manejo especial que produce, como en este caso en particular.
Y si, los empleados del servicio de recolección de basura tienen todo el derecho a negarse a llevar sus viejas llantas, por mas que las ponga en el punto cada tercer día.

Ojalá que cada victorense tome conciencia y obre bien al deshacerse de sus neumáticos inservibles; o bien integrar algún grupo en su colonia y crear un taller para reciclar y reutilizarlos para fabricar objetos diversos y darles una nueva oportunidad, o al menos no hacer como el vecino del Caminante que optó por ir a botarlos a la periferia de la ciudad. Demasiada pata de perro por esta semana.

JORGE ZAMORA
EXPRESO – LA RAZÓN

Facebook
Twitter
WhatsApp

DESTACADAS