5 diciembre, 2025

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La Revolución traicionada

TRÓPICO DE CÁNCER/ JESÚS COLLADO MARTÍNEZ

Haciendo gala de su buena educación, capacidad, y experiencia como periodista y analista política, Denise Maerker escribe y dirige una serie de televisión a la que tituló PRI: Cronica del fin, que en cinco capítulos hace un apretado recuento de la historia del partido político que gobernó a México durante todo el Siglo XX.

El documental esta enriquecido por la gran videoteca de Telesistema Mexicano y Televisa que permite ver imágenes y audios originales desde los años 50 hasta ahora, incluyendo testimonios y declaraciones de quienes eran los presidentes de la república, y entrevistas recientes especialmente hechas para formar parte de este recuento histórico, como los de Carlos Salinas De Gortari, Vicente Fox y Enrique Peña Nieto.

En ese contexto, es importante hablar de algo que está ausente en el serial documental, la ideología como motor de la política de nuestro país y del PRI desde sus orígenes. En 1917 el ideario de la Revolución Mexicana quedó plasmado en la Constitución que era la síntesis de los planes y programas por los que habían luchado los distintos grupos que se incorporaron a la lucha a partir de 1910, el sufragio efectivo y la no reelección, los derechos de los trabajadores, la tierra para los campesinos, la educación, la salud, el trabajo bien remunerado, eran las principales demandas del pueblo que se levantó en armas y que quedaron consagrados en la carta magna.

Ese ideario se mantuvo en la Declaración de Principios desde la fundación del Partido Nacional Revolucionario PNR en 1929, cuando se transformó en el Partido de la Revolución Mexicana PRM y posteriormente en el Partido Revolucionario Institucional PRI, todos ellos sostenían al Nacionalismo Revolucionario como la ideología del partido y lo concebían como la síntesis ideológica de los movimientos históricos fundamentales que transformaron a México, la independencia, la reforma y la revolución. La Declaración de Principios del PRI consagraba a la lucha por la democracia y la justicia social como sus aspiraciones fundamentales.

A esos principios se acogían los obreros, los campesinos y los trabajadores, organizados en los gremios y sindicatos que integraban a las grandes centrales como la Confederación de Trabajadores de México CTM, la Confederación Nacional Campesina CNC y la Confederación Nacional de Organizaciones Populares CNOP, a esos principios se oponían la derecha que fundó el Movimiento de Acción Nacional que posteriormente se convirtió en el PAN, para oponerse a la política comunista del Presidente Lázaro Cárdenas.

Los presidentes postulados por el PRI y elegidos por el pueblo de México cumplían las promesas constitucionales que a su vez eran el ideario del partido en el poder, había reparto de tierras para los campesinos, respeto a los derechos de los trabajadores, había escuela pública para todos en todos los niveles educativos, un sistema de salud con miles de centros de salud, hospitales generales y regionales, del ISSSTE, del IMSS y de la Secretaría de Salud, que daban atención a todos los que lo solicitaban, se crearon el INFONAVIT y el FOVISSSTE para atender la demanda de vivienda, el agua potable, el drenaje y la electricidad llegaban poco a poco a las colonias populares, el pavimento y las banquetas también, se establecieron programas de apoyo a la alimentación y un sistema de tiendas de bajo costo para atender a las clases populares.

Se elegía periódicamente a los gobernadores, los presidentes municipales y sus ayuntamientos, los senadores, los diputados y los legisladores locales que provenían en su gran mayoría de los sindicatos, de las organizaciones obreras, de los gremios de vendedores ambulantes y tianguistas, de las colonias populares y de los ejidos y las comunidades rurales, eran verdaderamente representativos.

Pero es importante también agregar que los gobiernos del PRI y sus antecesores PNR y PRM ejercieron el poder con exceso, de una manera intolerante, autoritaria y represiva que fue desgastando su legitimidad. El liderazgo de sus grandes organizaciones prolongó de manera abusiva su permanencia en el poder. La corrupción y todos sus males se arraigaron en la clase política y en los dirigentes partidistas. Surgió la lucha entre las generaciones más antiguas y las que emergieron desde el poder a principio de los años 80 en el liderazgo del partido, el poder publico es visto como un botín y el pueblo de México desaparece como protagonista y se convierte en un telón de fondo en cuyo nombre se desarrollan la lucha entre las élites y al que se considera como una presencia incomoda y un mal necesario del sistema de distribución del poder.

El Presidente Salinas De Gortari declaró el PRI era el partido del liberalismo social y dio por cerrada la etapa del nacionalismo revolucionario y de los gobiernos integrados por representantes populares, para dar paso la presencia de las élites instruidas en las universidades privadas o de las más renombradas de América del Norte y Europa, el neoliberalismo ascendió al poder en dando lugar a la mayor acumulación de capital que se haya visto la historia de nuestro país, desapareció la reforma agraria, se inhibió el ejercicio de los derechos de los trabajadores, se privatizó el petróleo, la energía eléctrica, se privilegio la educación y la salud privadas, la pobreza y la desigualdad alcanzaron niveles históricos.

Ante la debacle del que fuera el partido hegemónico de México sus dirigentes, sus críticos, y sus malquerientes, han llegado a considerar que la fuga de sus dirigentes y militantes ha sido un acto de traición, pero bien visto y analizado ese fenómeno es importante decir que el pueblo de México que militó durante décadas y apoyó con su voto a los gobiernos del PRI, la gran mayoría de sus electores, no se han movido de lugar, sus demandas siguen siendo las mismas, respeto a los derechos de los trabajadores y los campesinos, educación, salud, vivienda, trabajo, agua, drenaje, luz, banquetas, pavimento, vida digna, respeto. El que se movió de su posición ideológica, el que renunció a sus principios y dejó de abanderar las causa populares fue el PRI.

De todos los partidos habidos en la historia electoral del México posrevolucionario, el PRI era el único que tenía el compromiso de mantener en alto los principios de la lucha de los mujeres y hombres que hicieron la Revolución mexicana, independencia y libertad, igualdad, democracia, respeto, dignidad, justicia social, ese compromiso histórico era del PRI nacido desde el poder para ser el brazo político de la Revolución, el PRI que claudicó a sus principios, el PRI que fue capaz de hacer alianza con su enemigo histórico el PAN para postular a una candidata de la derecha. Viéndolo bien, de cerca y con seriedad, el pueblo de México se mantuvo en su lugar defendiendo las mismas banderas, mientras que el PRI traicionaba a la Revolución Mexicana.

Por Jesús Collado Martínez*

Trópico de Cáncer/Expreso Tamaulipas

6 de octubre de 2025

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