5 diciembre, 2025

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La memoria histórica

CATALEJOS/ MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

Entre la noche del 5 y la madrugada del 6 de septiembre de 2019, ocho personas fueron asesinadas en la colonia Valles de Anáhuac, Nuevo Laredo, Tamaulipas.

El informe oficial, que fue transmitido a la prensa a través de boletines, reportó un enfrentamiento entre policías del CAIET y civiles armados en una camioneta Toyota Tundra negra.

Según las autoridades, 21 agentes resultaron ilesos, por lo que solo hubo bajas en el bando criminal; las víctimas, de acuerdo a esta versión, portaban uniformes militares y chalecos con insignias de un grupo delictivo.

Los policías reportaron el aseguramiento de 15 armas largas, una corta, drogas, chalecos y cascos, además de que la camioneta tenía blindaje artesanal y reporte de robo. La Sedena envió al 16 Regimiento para apoyar a las autoridades civiles y recabar información.

Pero la verdad se impuso muy pronto.

Investigaciones independientes documentaron que los cuerpos fueron ejecutados en otras viviendas y colocados posteriormente en un montaje: la camioneta fue movida con grúa, se colocó un cuerpo con un arma larga y los uniformes estaban limpios o mal ajustados.

No había impactos de bala en la supuesta escena del enfrentamiento.

Entre las víctimas figura Severiano Treviño, de 34 años, obligado a ponerse un traje militar antes de ser asesinado. Otros fallecidos fueron Wilbert Irrastreto Pérez, Luis Fernando Hernández Viesca, Enrique Pérez Chávez, José Daniel Saucedo Hernández, Jennifer Hazel Romero López, Cindy Esmeralda Briseño Chapa y Juana Yetzel Graciano Magaña.

Ante la presión mediática, la Procuraduría de Tamaulipas registró el caso en la carpeta 406/2019.

Informes internos de la Sedena confirmaron que la masacre fue parte de un operativo mayor iniciado un mes antes, tras agresiones previas contra policías.

Siete agentes del CAIET fueron acusados de homicidio calificado, abuso de autoridad, falsedad en informes y allanamiento de morada.

A partir de entonces, empezó a cuestionarse la existencia del Centro de Análisis, Información y Estudios de Tamaulipas, que en realidad era un grupo de élite de la policía que empezó a hacerse famoso por sus excesos.

Este cuerpo policiaco no desapareció sino que se convirtió en el tristemente célebre Grupo de Operaciones Especiales (GOPES), responsable de otra masacre atroz, la de Camargo en 2021, donde fueron asesinadas e incineradas 19 personas, la mayoría, migrantes provenientes de Guatemala.

Es una buena noticia que el Gobierno de Tamaulipas atienda la recomendación emitida por la CNDH para reparar los daños causados a las familias víctimas de la matanza de Valles de Anáhuac. Por el hecho en sí, y porque reitera que la administración actual tiene un compromiso mucho mayor con la justicia y con la verdad histórica.

Por. Miguel Domínguez Flores

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