En balcones, terrazas y ventanas de distintos países comienzan a verse colgados viejos discos compactos, conocidos popularmente como CDs o simplemente discos. A simple vista podrían parecer un elemento decorativo o un guiño nostálgico a la era del formato físico, pero su presencia tiene un propósito práctico que poco tiene que ver con la estética.
Hay que decir que este reflejo del sol sobre la superficie plateada de los discos genera destellos que se mueven con el viento. Ese efecto visual, cambiante e impredecible, actúa como un disuasivo para las aves, que suelen evitar los lugares donde perciben luces intermitentes o movimientos repentinos. Las aves urbanas -como palomas o gorriones- son especialmente sensibles a los destellos metálicos. Por eso, los reflejos que producen los discos colgantes resultan incómodos para ellas, que prefieren buscar otros sitios para posarse o anidar.

Los discos como protección del entorno doméstico
El uso de discos como método para ahuyentar aves no responde solo a una cuestión estética. Según el mismo medio, muchas personas los colocan para evitar que las aves se acerquen a balcones y fachadas, donde pueden dejar excrementos o restos de nido. Estas acumulaciones no solo generan suciedad, sino que pueden deteriorar la pintura, barandales o muros con el tiempo.
Además, algunas de esas deposiciones pueden contener microorganismos o bacterias que se dispersan al secarse, un motivo adicional para mantener las zonas exteriores libres de aves.
Otra de las razones detrás de esta tendencia es su sencillez. Colgar discos viejos no requiere materiales costosos ni dispositivos especiales: basta con un hilo resistente -como tanza o nailon- y algunos discos en desuso. El truco consiste en ubicarlos donde reciban luz solar directa para que los reflejos sean visibles desde distintos ángulos. Algunas personas combinan varios discos a diferentes alturas, lo que aumenta el movimiento y el efecto visual.

Alternativas y combinaciones
En lugares donde la presencia de aves es constante, este método se utiliza junto a otros recursos, como redes, pinchos o barreras plásticas. De ese modo se refuerza la prevención sin recurrir a productos químicos ni sistemas invasivos.
También hay quienes lo aprovechan en jardines o huertos domésticos, ya que los reflejos pueden servir para mantener alejados a insectos o pequeños animales.
CON INFORMACIÓN DE EL HERALDO DE MÉXICO




