MÉXICO.- Un nuevo estudio científico reveló que existen cinco perfiles distintos de sueño, cada uno con vínculos específicos con la salud mental, el comportamiento y el funcionamiento del cerebro. Dormir bien no solo depende de cuántas horas pasamos en la cama, sino también de la calidad y el tipo de descanso que obtenemos.

Investigadores del Human Connectome Project analizaron datos de más de 770 adultos jóvenes, incluyendo información sobre su cerebro, hábitos de sueño, estado de salud y estilo de vida. A partir de estos registros, identificaron cinco perfiles de sueño diferentes que muestran cómo el descanso influye directamente en nuestra mente, emociones y hasta en la estructura cerebral.

CINCO FORMAS DE DORMIR, CINCO FORMAS DE VIVIR
- El primer perfil está asociado al mal descanso y a una mayor propensión a la ansiedad, el estrés, la depresión y la ira. Quienes encajan en este grupo suelen tardar más en conciliar el sueño y sentirse menos satisfechos con su descanso.
- El segundo perfil, por su parte, corresponde a personas sin grandes dificultades para dormir, pero con problemas de salud mental derivados de otras causas, como el trastorno por déficit de atención (TDAH) o altos niveles de tristeza y miedo.
- El tercer perfil se caracteriza por el uso frecuente de medicamentos para dormir. Aunque estos individuos tienden a ser más organizados y reportan buenos vínculos sociales, también presentan dificultades cognitivas, especialmente en memoria, inteligencia fluida y orientación espacial.
- El cuarto perfil, en cambio, está relacionado con dormir poco: quienes descansan menos horas muestran más agresividad y problemas para procesar emociones y lenguaje.
- Finalmente, el quinto perfil describe a quienes se despiertan varias veces durante la noche. Este grupo no solo presenta irritabilidad y ansiedad, sino también mayor riesgo de hipertensión, consumo de alcohol y tabaco.
Según la neurocientífica Aurore Perrault, de la Universidad Concordia (Canadá), estos perfiles están respaldados por patrones únicos de actividad cerebral observados mediante resonancias magnéticas. Esto demuestra que la forma en que dormimos se refleja directamente en la estructura y funcionamiento del cerebro. Los científicos esperan que este enfoque integral ayude a los médicos a diagnosticar y tratar mejor los trastornos del sueño, entendiendo que no existe una única manera “correcta” de dormir, sino distintos estilos con sus propias implicancias.
En definitiva, la clave no está solo en dormir más o menos, sino en hacerlo de manera equilibrada y reparadora. Cada persona tiene un ritmo biológico particular, pero conocer cómo dormimos —y qué revela eso sobre nuestra salud mental y física— puede ser el primer paso para alcanzar un descanso verdaderamente saludable.
CON INFORMACIÓN DE EL HERALDO DE MÉXICO.




