5 diciembre, 2025

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Panteón Forense de Altamira: El cementerio del anonimato

La acumulación de cuerpos no reclamados ha provocado que a la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas se le termine el espacio para sepultar los restos.

El panteón forense de Altamira, es un espacio que se ha convertido en el último destino para cientos de personas que murieron en el anonimato. 

La acumulación de cuerpos no reclamados ha provocado que a la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas se le termine el espacio para sepultar los restos.

En este predio, localizado al interior del panteón de la colonia Benito Juárez, se acumulan cientos de cuerpos. Cada uno representa una historia inconclusa y la dolorosa realidad de las víctimas de la falta de identificación y el olvido.

En medio de las tumbas, se ubica un área con cruces de metal, en ellas se describe el lugar donde murió la persona y la fecha.

Don Carlos Gutiérrez, es albañil y lo contratan regularmente para hacer trabajos en tumbas y comentó que siempre trata de “darse la vuelta” al panteón forense, acomoda las cruces y ha sido testigo de varias inhumaciones.

“A veces las cruces se caen o están de lado, no sabemos cuándo podría ser reclamado un cuerpo, pero en algunas cruces ya se borraron los datos, ojalá y las autoridades las pinten nuevamente”.

Hay cruces que sí tienen el nombre de las personas sepultadas, pero los cuerpos nunca fueron reclamados por los familiares, es decir las abandonaron, sobre todo en los hospitales de la región.

También hay personas que murieron en accidentes automovilísticos o que fueron atropellados.

“El 2 de noviembre y no solo yo, traemos coronas de flores y las colocamos en el panteón, ellos también merecen tener un buen descanso, varias personas se acuerdan de ellos”.

El año pasado, el ayuntamiento de Altamira le autorizó a la fiscalía una ampliación de terreno y sería usado en caso de ser necesario.

El panteón forense inició con un promedio de 70 cuerpos, con el paso del tiempo se ha incrementado la cifra.

En la actualidad, la mayoría de los cuerpos que se sepultan en dicho lugar son personas que vivían en condición de calle.

Antes la fosa común se ubicaba en el cementerio Jardines de la Pedrera, del sector Municipios Libres, ahí también estaba el anfiteatro.

Sin embargo, ante la saturación, en la administración de Armando López Flores, el Gobierno de Tamaulipas le pidió un predio en el cementerio de Benito Juárez, una vez que se cumplieron los requisitos legales, los cuerpos fueron reubicados.

Cuando el cuerpo de alguna persona no es reclamado en el Servicio Médico Forense queda a disposición de la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas, a través del Ministerio Público se integra la carpeta de investigación.

Una vez que se tengan todas las características de las personas  y evidencias  se autoriza el envío al panteón, no llevan uno por uno, sino que en ocasiones trasladan hasta 15 cuerpos.

Oscar Figueroa

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