TAMAULIPAS, MÉXICO.- Mientras el Distrito de Riego 025 Bajo Río Bravo enfrenta nuevamente una grave crisis hídrica que impedirá el desarrollo de su ciclo agrícola 2025, el Distrito de Riego 026 Bajo Río San Juan vive una situación completamente opuesta: por segundo año consecutivo no requerirá el trasvase de agua desde la presa El Cuchillo, en Nuevo León, hacia la Marte R. Gómez, gracias al nivel óptimo que mantiene este embalse tamaulipeco.
El secretario de Recursos Hidráulicos para el Desarrollo Social de Tamaulipas, Raúl Quiroga Álvarez, informó a Expreso que la presa Marte R. Gómez se encuentra por arriba del 90 % de su capacidad, lo que garantiza un abasto suficiente para un programa de riego óptimo durante el ciclo agrícola Otoño–Invierno 2025-2026.
“No se ocupa trasvase. Tenemos la presa Marte R. Gómez a un nivel muy importante, arriba del 90 %. No tendríamos dónde meter un trasvase, además no lo necesitamos. Llevar la presa al 100 % no nos dejaría espacio para almacenar alguna lluvia que llegara, entonces no tiene sentido”, explicó el funcionario.
Con estas condiciones, el Distrito 026, que abarca varios municipios fronterizos, podrá operar con un riego de asiento y tres de auxilio para el maíz, y un riego de asiento y dos de auxilio para el sorgo, conforme a las recomendaciones del INIFAP, lo que permitirá mantener su producción agrícola sin contratiempos.
En contraste, el Distrito 025 Bajo Río Bravo, ubicado también en el norte del estado y con más de 200 mil hectáreas potenciales de siembra, enfrenta un panorama desolador.
La falta de agua en las presas internacionales Falcón y La Amistad, que conforman la cuenca del río Bravo, ha dejado sin disponibilidad suficiente para programar riegos agrícolas por segundo ciclo consecutivo.
“Hasta ahorita no hay disponibilidad de agua en las presas internacionales; por lo tanto, no se puede programar riego”, puntualizó Quiroga Álvarez.
Esta situación ha afectado gravemente a miles de productores del norte de Tamaulipas, quienes en los últimos años han tenido que reducir drásticamente sus áreas de cultivo, optar por siembras de temporal o forrajes de bajo consumo de agua, e incluso dejar parcelas sin trabajar ante la falta de garantías de riego.
La crisis del Distrito 025 refleja tanto la deuda de agua que México mantiene con Estados Unidos como la disminución de aportaciones naturales en la cuenca del río Bravo, un fenómeno constante durante la última década que amenaza la sostenibilidad productiva de esta región agrícola clave para el país.
Mientras tanto, el buen nivel de la presa Marte R. Gómez ofrece un respiro al Distrito 026, que podrá seguir aprovechando el recurso disponible sin necesidad de trasvase, en contraste con sus vecinos del norte, que siguen esperando soluciones estructurales para revertir la escasez crónica que afecta a su zona de riego.
Por Antonio H. Mandujano
EXPRESO-LA RAZÓN
