TAMPICO, TAMAULIPAS.- Con flores, veladoras y fotografías, el kiosko de la Plaza de Armas de Tampico se transformó en un altar por la justicia. Integrantes de la colectiva feminista “Mujer Manglar” colocaron la ofrenda en memoria de 23 mujeres víctimas de feminicidio, como parte del “Día de Muertas”, para recordar sus nombres y exigir que ninguna más sea olvidada.
Con la voz quebrada de quienes tomaron el micrófono, resonó una cifra que estremece: más de 100 mujeres han sido asesinadas de forma violenta en Tamaulipas, según el registro que lleva la organización. Tan solo entre enero y septiembre de este 2025, 21 casos fueron tipificados como feminicidios, aunque la colectiva asegura que la realidad es mucho más cruda de lo que reflejan las estadísticas oficiales.
“Este año tan sólo de enero a septiembre hay más de 21 víctimas de feminicidio en Tamaulipas. Reynosa ocupa el primer lugar en estas cifras, pero la verdad es que más de 100 mujeres han sido asesinadas de forma violenta”, señaló Martha De la Cruz, integrante del colectivo.
Cada nombre pronunciado fue una historia interrumpida. Thalía Guadalupe, Jessica Gabriela, Scarlett, Benazir, Pilar, Rosa Angélica, Imelda, Estefany, Rita, Nataly, Cristina… Mujeres jóvenes, madres, trabajadoras, artistas, maestras. Todas, víctimas de una violencia que no cesa.
“Cuando amanece yo entiendo que hoy matará a siete mujeres en este país bestial. Solo pido con un egoísmo asqueroso que ninguna de esas siete seas tú, y de solo pensarlo me estremezco”, citaron en una lectura colectiva que hizo guardar silencio a quienes escuchaban.
Las integrantes de “Mujer Manglar” denunciaron además que, aunque existe un protocolo de atención al feminicidio, éste no se cumple en Tamaulipas.
“Una muerte violenta de una mujer debe tipificarse como feminicidio hasta que se demuestre lo contrario. Pero eso no pasa. Si se aplicara correctamente, no estaríamos hablando de 21 casos reconocidos, sino de más de cien”
El memorial concluyó con un llamado a las autoridades para frenar la impunidad que, aseguran, protege a los agresores y niega justicia a las víctimas. Entre las velas encendidas y los nombres repetidos una y otra vez, el reclamo quedó claro: no son cifras, son vidas arrebatadas.
Por. Cynthia Gallardo
La Razón




