Carlos Manzo militó en el PRI y en Morena. Al desilusionarse de las porquerías partidistas, se la jugó como independiente y ganó la alcaldía de Uruapan, Michoacán.
En septiembre de 2024 lanzó un SOS para pedir ayuda por la inseguridad que se vivía en su ciudad y reconoció públicamente que tenía miedo de que lo mataran. Hoy esta muerto.
Nació en Uruapan del Progreso, Michoacán de Ocampo, México, el 9 de mayo de 1985, y el 1 de noviembre de 2025 fue ultimado por las balas en pleno evento del Día de Muertos.
Fue un político mexicano que se desempeñó como presidente municipal de Uruapan desde el 1 de septiembre de 2024, cargo que ocupó como candidato independiente.
Muchas veces denunció que tenía miedo y que había recibido amenazas, pero nunca recibió el apoyo del gobernador de este estado, Alfredo Ramírez Bedolla, ni tampoco de la Presidencia de la República.
Cuando el mandatario acudió al velorio, lo corrieron entre gritos de “¡asesino!”, y una señora —mis respetos— le dio un zape en la cabeza. Se merecía eso y más, la neta del planeta.
Su esposa, Grecia Quiroz García, lo describió y lo despidió como se merecía: como el mejor presidente municipal que ha tenido nuestro país. Será ella —y eso es lo menos que podían hacer— quien continúe con su legado al frente de la alcaldía de Uruapan, Michoacán.
Este asesinato desató la furia y el coraje de mucha gente de Uruapan, quienes han encabezado protestas y manifestaciones. Pero hay que ser muy realistas: esto de nada servirá para que reviva Carlos Manzo.
Me gustaron varias de sus frases célebres. Una de ellas fue:
“Si la gente ya no me quiere en la alcaldía y me quiere ver en mi casa viendo la tele y saludándolos desde el Facebook, así lo voy a hacer.”
Me gustó porque la mayoría de los políticos piensan diferente: sólo quieren vivir a costillas del presupuesto, hacerse ricos, se quedan obsesionados con el poder y lo que menos hacen es escuchar al pueblo.
Carlos, en uno de sus discursos, dijo que, si el pueblo quería, él podría participar para la gubernatura de Michoacán, y que en un tiempo muy lejano podría ser también para la Presidencia de la República. Otro sueño que fue fulminado por las balas en nuestro país.
Dijo también que, si el pueblo lo pedía, él lo haría, aunque les ardiera el “Uyu, yuy”. Me ganó con esta frase, por la honestidad que le brotaba por todos los costados y su sinceridad. Se notaba que no era mentiroso, como muchos políticos que tenemos hoy en día en los gobiernos.
Siempre fue un político con muchos pantalones, que habló de frente al pueblo y se atrevió a acusar al partido Morena de estar contaminado, y que se había contagiado de lo peor que tenían el PAN, el PRI y el PRD. Creo que no estaba tan equivocado; fue muy sabio al hacer este análisis, que muchos coincidimos con él.
Tuvo la valentía de llamar al PRI ratero, corrupto y hasta asesino: un termómetro muy acertado de lo que llegó a ser el tricolor.
Será muy difícil de entender para el equipo de Claudia Sheinbaum, presidenta de este país, que ya en este momento no importa cuántas reuniones de seguridad se realicen ni cuántas medidas se impongan tras el asesinato de Carlos Manzo.
Esto lo debieron haber hecho antes: actuar, solucionar, proteger, resguardar y ayudar, para que nadie se atreviera a hacer lo que hicieron.
Pero como nunca fue escuchado el alcalde de Uruapan, pues lo mataron.
Hoy, México y los mexicanos lo ven prácticamente como un héroe sin capa. Pero la triste realidad es que, ¿de qué le va a servir eso a su familia? Esto no es ningún consuelo, y nunca va a mitigar su dolor.
Y la neta del planeta es que la familia de Carlos Manzo no va a comer de un monumento ni de que lo santifiquen. Esta triste historia es un vil retrato de lo que se vive en México y en muchas partes del país.
Lamentablemente, tenemos autoridades ciegas, sordas y mudas.
Hoy, Carlos Manzo pasa a ser uno más de las estadísticas.
Yo no sé por qué hacen tanto show, si cuando él dijo que estaba en peligro, nadie movió un dedo.
Ojalá que los políticos de hoy le aprendan —y mucho— a Carlos Manzo, quien de verdad sentía y velaba por su gente.
DE ULTIMO MOMENTO EN ALTAMIRA
Ayer durante la tarde noche sorprendió que la actual, Directora de Comunicación social del municipio de Altamira Mirtha Loyola, prácticamente se despidió del cargo sin dar más detalles .
Hasta el día de hoy, seguramente el presidente municipal Armando Martínez Manríquez dará conocer los detalles de esta situación.
Recuerde: ¡¡No se vale chillar!!
Por Mario Prieto




