4 diciembre, 2025

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El amor los unió, la gente los abrazó

Así fue la historia de Anete y Alejandro, una pareja que, sin imaginarlo, vivió uno de los momentos más emotivos y humanos que se recuerdan en Ciudad Victoria

CIUDAD VICTORIA, TAM.- Lo que parecía una boda triste terminó siendo una noche mágica. Así fue la historia de Anete y Alejandro, una pareja que, sin imaginarlo, vivió uno de los momentos más emotivos y humanos que se recuerdan en Ciudad Victoria.

La celebración, realizada en el Salón Jardín de la calle 11 Allende, inició con pocas personas.

Pasaban las horas y apenas unas 25 asistían, lo que hacía pensar que sería una noche desalentadora. Sin embargo, todo cambió cuando, a través de publicaciones en redes sociales, la historia de los novios tocó el corazón de cientos de ciudadanos.

En cuestión de minutos, gente que no los conocía comenzó a llegar al lugar. Algunos llevaron regalos, otros flores, pero todos compartieron algo más valioso: su presencia y su cariño. El ambiente se transformó. La música sonó más fuerte, las risas se multiplicaron y las luces del salón parecieron brillar distinto.

Aunque la madre de Alejandro, enferma de gravedad, no pudo viajar desde Tabasco para acompañarlo, el amor y el apoyo de los asistentes llenaron ese espacio con una calidez indescriptible.

La boda que comenzó con silencio terminó entre aplausos, abrazos y lágrimas de felicidad. Fue una noche que recordó a todos que el amor verdadero no solo une a dos personas, sino a todos los corazones dispuestos a compartirlo.

Anete y Alejandro bailaron, sonrieron y agradecieron cada gesto. Y así, entre canciones y buenos deseos, quedó grabada en la memoria de los presentes una enseñanza: cuando la empatía se hace presente, ninguna historia es pequeña.

Por Raúl López García

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