TAMPICO, TAM.- En un ambiente de fe y esperanza, el seminarista Elyud Gabriel Barrios Vázquez fue ordenado Diácono de la Diócesis de Tampico durante una emotiva ceremonia celebrada en González, Tamaulipas, encabezada por el administrador apostólico y Obispo de Ciudad Victoria, Oscar Efraín Tamez Villarreal.
Hijo de Guadalupe Barrios Gómez y Gabriela Vázquez del Ángel, Elyud nació el 23 de enero de 1998 en Tampico y recibió el bautismo en la parroquia de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos. Desde muy joven respondió al llamado de servir a Dios: en 2013 ingresó al Seminario Conciliar de Tampico, continuando su formación en el Seminario Diocesano de Saltillo y más tarde en el Seminario Mayor de Tampico, donde cursó las etapas de discipulado y configuración hasta este 2025.
Su camino ministerial ha estado marcado por la entrega y la constancia.
En 2024 fue admitido como candidato a las órdenes sagradas e instituido lector, y este año recibió el ministerio de acólito por el entonces obispo José Armando Álvarez Cano.
Desde el pasado 30 de julio, Elyud vive su etapa de inmersión pastoral en la parroquia Santo Cristo de la Paz en González, Tamaulipas.
Durante la ceremonia, el rector del Seminario Conciliar de Tampico, José León Cárdenas Cuevas, presentó al nuevo diácono ante Tamez Villarreal, quien expresó que la esencia del ministerio diaconal es el servicio a la comunidad.
“El diaconado te permite aprender a ser pastor. No celebrarás misa ni ungirás enfermos, pero serás un servidor cercano al pueblo de Dios. Desde el amor podrás instruir, exhortar, catequizar y evangelizar”
Entre las tareas que Elyud desempeñará destacan: presidir celebraciones de la palabra, impartir bendiciones y acompañar en momentos significativos, como el matrimonio o las exequias.
Tamez Villarreal indicó que un diácono está llamado a vivir la caridad pastoral, acompañando a los fieles tanto en la alegría como en el dolor.
El Obispo de Ciudad Victoria exhortó a Elyud Gabriel Barrios Vázquez a recordar su ordenación como el día en que comenzó a vivir el ministerio que lo configurará como servidor de Cristo y de su comunidad, con humildad, entrega y amor pastoral.




