El 25 de septiembre se dio a conocer públicamente que habían despedido al secretario técnico del Ayuntamiento de Tampico, José Luis Celestino.
Resulta que en esas fechas, salieron a la opinión pública unas imágenes de un funcionario porteño que acudió a un Oxxo a comprar cerveza en una camioneta oficial con logotipos.
Alguien le tomó una foto y la filtró en redes sociales; esto se regó como pólvora, una semana después de ocurrido.
En el cuadro fotográfico se observaba la camioneta, pero, como en un capítulo de Misterios sin resolver, solo se alcanzaba a distinguir, entre la oscuridad, la silueta del tipo que conducía el vehículo, propiedad de los tampiqueños.
Era muy fácil identificar quién era, tan solo con el modelo de la camioneta, lo poco que se veía de las placas y la silueta, que definía muy bien al personaje. Se trataba, precisamente, de José Luis Celestino, secretario técnico de Tampico.
Cuando se le preguntó sobre este tema a la alcaldesa Mónica Villarreal, ella informó que ese funcionario había causado baja días atrás.
En su momento lo dije, y lo remarco: la presidenta municipal Mónica Villarreal Anaya dio un ejemplo al no temblarle la mano para tomar esta decisión, ya que me ha tocado ver a muchos alcaldes que se “sordean” e incluso solapan situaciones de este tipo.
Para muchos, José Luis Celestino llegó a este gobierno local como un completo desconocido, pues su carrera política es muy pobre.
Lo recuerdo como regidor suplente durante tres meses, en los tiempos del ex alcalde Pepe Rábago, quien entró debido a que el regidor titular del PRD, Candelario Quiroga, había sido sometido a una operación.
Después se perdió; ya no tuvo ningún otro cargo relevante, y prácticamente lo rescató la alcaldesa Mónica Villarreal Anaya del olvido político.
José Luis Celestino está enojado porque lo corrieron, cuando cometió un abuso de confianza. Eso está más que claro. Desde que firmó su contrato como funcionario, debió haber leído que los vehículos oficiales pueden llevarse a casa cuando se requiera, pero no son de su propiedad.
Pero parece que él creyó que prácticamente se lo habían regalado. Y mire usted, no lo cacharon comprando tortillas o llevando al huerco a la escuela, sino que andaba de rock’n’roll, comprando cerveza. Por eso se ganó su salida inmediata de la administración.
Junto con eso, debieron haberle cobrado la gasolina que gastó, porque los funcionarios que traen vehículo oficial no deben andar haciendo sus mandaditos y quehaceres personales.
Eso no lo ha entendido el ex secretario técnico; por eso procedió a interponer una demanda laboral contra el municipio, la cual quedó fechada el 27 de octubre, es decir, hace unos días ante la autoridad competente.
Aparte de andar de rock and roll en vehículo prestado, ahora está exigiendo las prestaciones de ley, o sea, quiere que le den un finiquito por el año que estuvo ofreciendo sus servicios.
El sueldo de José Luis Celestino rondaba los 33,000 pesos, y está reclamando este dinero; apenas lleva un mes sin recibirlo y, por lo visto, no se resigna a perderlo.
Se ve muy mal que los ex funcionarios se aferren a la lana del pueblo. Se nota que no les gusta trabajar en la iniciativa privada, donde —por cierto— habría que avisarle a don Celestino que, en cualquier empresa, si vuelve a hacer lo mismo de andar comprando cerveza en una camioneta que no es suya, lo van a volver a correr.
Hace unos días, en la presidencia municipal, prácticamente frente a la Tesorería, lo entrevisté; pero no quiso dar detalles, solo se puso rojo, rojo, como tomate.
Mencionó que en los próximos días ofrecerá una rueda de prensa para dar a conocer su “verdad”, al estilo de Niurka Marcos.
Andar de “tazito dorado” le salió muy caro al ahora ex funcionario del ayuntamiento porteño.
DON TELÉSFORO SEGURA ACUDE A BANDERAZO EN CALIDAD DE CONSTRUCTOR
El empresario Telésforo Segura acudió el pasado viernes a la inauguración de una calle en la colonia Revolución Verde de Ciudad Madero, para acompañar al presidente municipal Erasmo González Robledo.
Y acudió en calidad de contratista; es decir, su empresa Cobsa será la encargada de llevar a cabo la pavimentación de un promedio de dos cuadras, por un valor cercano a los 5 millones de pesos.
Esto demuestra que en Ciudad Madero se da prioridad a los empresarios locales, para que la derrama económica que generan estas obras de infraestructura se quede en la zona.
Recuerde: ¡No se vale chillar!




