TAMPICO, TAMAULIPAS.- El reciente incremento de suicidios entre adolescentes de 15 a 18 años en el sur de Tamaulipas prende focos rojos y obliga a reflexionar que la atención psicológica temprana puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Oscar Orlando García Cruz, catedrático de Fundamentos de la Psicomedición de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UAT Campus Sur, señaló que el acompañamiento profesional desde la niñez resulta fundamental para detectar y atender desequilibrios emocionales antes de que deriven en conductas autodestructivas.
“Podemos tener diversidad de estados emocionales que se puedan presentar en adolescentes, jóvenes o niños; ahí es donde el psicólogo juega un papel clave. Gracias a las mediciones se pueden realizar futuras intervenciones con quienes lo requieran”
Además urgió a dejar de lado los prejuicios: “Es un mito que ir al psicólogo es estar loco. Se necesita para atender las emociones”
Consideró que ese pensamiento erróneo impide que muchas personas pidan ayuda a tiempo.
El docente explicó que desde el primer semestre, estudiantes de Psicología analizan teoría que llevan a la práctica mediante evaluaciones de las escalas: Apgar, Tanner y Margarita Ramos, herramientas que permiten medir el desarrollo cognitivo en la infancia.
La Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Tamaulipas Campus Sur cuenta con un Centro de Apoyo Psicológico que ofrece atención a la comunidad con respaldo de estudiantes especializados.
En un contexto en donde el silencio pesa más que la palabra, el llamado es claro: acudir con profesionales no es señal de debilidad, sino de sentido común y prevención; enfrentar las emociones a tiempo salva vidas.
Por Cynthia Gallardo
La Razón




