CIUDAD VICTORIA, TAM.- Durante más de una década, el Caminante ha recorrido calles, colonias, barrios, zonas comerciales, congales, tramos carreteros, huertas, ríos, escuelas, mercados, panteones y hasta los pasillos y celdas del penal de esta ciudad.
Desde la azotea del hotel Sierra Gorda, hasta el lecho del rio San Marcos, cada pedacito de la capital, el vago reportero va recopilando a su paso los cientos de historias de cada victorense, que deposita su confianza en él para que sea transmitida en este breve espacio de letras impresas.
Cocineras, traileros, payasos, oficinistas, policías, paleadores de grava, albañiles, rateros, putas, fara faras, meseros, indigentes, cajeras o simples vecinos… todos tienen una historia que contar y que necesita ser escuchada.
Sin embargo, de vez en vez, alguna de tantas voces en el trayecto, suele hacerle la misma pregunta al andarín escribidor “Oiga, Don Pata de perro, ¿porque usted nunca entrevista a políticos, a los alcaldes o a los diputados?” …y la respuesta del fulano reportero suele ser muy simple: porque no tienen mucho que decir que realmente valga la pena; porque ¿los políticos, realmente conocen la realidad que nos rodea?
Veamos:
Un político, ya sea presidente municipal, o un legislador local o federal, de esos que ganan mucho más de 50 mil pesotes al mes, ¿sabrá cuanto cuesta un kilo de tortillas? ¿o cuanto cobran por parchar una llanta de carro, moto o bicicleta?
Algún director de alguna secretaría estatal, ¿sabrá cuanto cuesta impermeabilizar un techo de 3 por 4 metros y de la apuración que se experimenta cada que llega la temporada de lluvias y el interior de la habitación muestra humedad o goteras?
Alguno de esos señores que viaja en camionetas blindadas, chofer y guarura ¿tendrá una idea de lo que es quedarse sin gas a media mañana porque el bato de la pipa le vendió puro aire, y ahora hay que ir de prisa a conseguirlo? o ¿alguna vez ha ido con su esposa en una motito esquivando baches y cargando un montón de bolsas de plástico de Grand después de medio hacer la despensa?
¿Sera quizás que, uno de estos ilustres funcionarios públicos ha batallado, porque uno de sus vecinos, de una colonia popular decidió sacar su bocina de 15 pulgadas a la calle y ponerse pedo escuchando a Beto Quintanilla a todo volumen hasta el amanecer?
O tal vez, estos señores que perciben un sueldazo y ‘compes’ rechonchas, ¿sabe lo que es traer la calculadora en la mente para hacer cuentas cada que carga gasolina o va a la tiendita de la esquina a comprar huevos, frijoles, leche y pan para almorzar?
¿Sabrá uno de estos políticos millonarios (de cualquier partido) que tipo de motor trae su camioneta? ¿Si es ‘cuatrito’, seis u ocho cilindros, para tantear cuanto se va a gastar de ‘gota’ en la semana?
¿Estará enterado de lo que cuesta hacer una carnita asada una vez por semana para una familia de 5 integrantes y un par de gorrones? ¿O de cuanto dinero se necesita para completar la lista de útiles escolares cada agosto (que es cuando más pobres andan las arcas del hogar) además de las contribuciones a insaciables organizaciones de padres de familia de ciertas escuelas?
¿O, estarán conscientes del terror que vive cada padre o madre, cuando uno de sus hijos o hijas no aparece? de la rabia e impotencia de pasar meses y hasta años ahogado en la angustia de no saber dónde encontrar al menos un hueso enterrado y te digan “señora esto es lo que encontramos de su hijo, vaya a darle cristiana sepultura”, ¿lo sabrán?
Tan siquiera, ¿tendrán una idea de lo frustrante que es acudir al IMSS o al ISSSTE y esperar meses o años para ser sometido a una cirugía URGENTE? ¿o que tal llegar a la farmacia del seguro y que en vez de recibir las medicinas que necesarias, simplemente le tachen su receta y le digan “señora este medicamento no lo tenemos, dese una vuelta en dos semanas”?
Estas y tantas y tantas mas preguntas, se le podrían hacer a algún “grillo” de esos ‘pesados’ que aparecen en videos muy sonrientes diciéndose “cercanos a la gente” o que “entienden al pueblo” pero la realidad es que muy pocos podrían responderlas sin tartamudear y diciendo la verdad.
Lamentablemente, solo una minoría podría comprender todas estas situaciones que tal vez a los políticos les suenen a “trivialidades” o hasta “chistosas” pero que son la realidad de miles y miles de ciudadanos de a pie que ‘se rajan el lomo’ todos los días chambeando.
Asi que: no. Al Caminante no le interesa mucho conocer la opinión de un político, al menos no respecto a su ‘idea’ de la realidad de los victorenses.
Demasiada pata de perro por esta semana.
JORGE ZAMORA
EXPRESO-LA RAZÓN




