CIUDAD MADERO, TAMAULIPAS.- Un joven estudiante denunció públicamente que el Instituto Interamericano de Tamaulipas, conocido como “La Latino”, le entregó presuntos certificados falsos que terminaron afectando su formación profesional.
El afectado, Gonzalo de Jesús aseguró que cursó la preparatoria en la institución durante 2022 y posteriormente ingresó a la Universidad del Atlántico, donde en marzo le notificaron que su primer certificado era inválido.
Tras acudir a la preparatoria en busca de una explicación, el estudiante afirma que inicialmente no recibió respuesta y que el director evitó darle información sobre lo ocurrido.
Dijo que finalmente el directivo le reconoció que antiguos socios ocasionaron conflictos internos, provocando afectaciones a varios alumnos que también presentaron quejas similares.
El joven relató que dos semanas después le entregaron un segundo certificado, el cual también fue rechazado por la universidad cinco meses más tarde por supuesta falsedad.
Gonzalo afirma haber pagado alrededor de 17 mil pesos a la institución y asegura contar con recibos, sellos y firmas que respaldan sus pagos realizados entre 2022 y 2023.
Indicó que presentó una denuncia por fraude ante la Fiscalía, donde se programaron varias sesiones de mediación a las que el director presuntamente no acudió.
Mencionó que únicamente se presentó un representante legal, quien habría señalado que no existía interés en llegar a un acuerdo económico con el afectado.
El estudiante considera que la situación le generó un daño académico grave, pues ya había iniciado su carrera de Ingeniería Industrial y debía comenzar prácticas profesionales en diciembre.
Relató que, tras la invalidación del segundo documento, la propia universidad le dio de baja definitiva, dejándolo sin estudios de preparatoria ni licenciatura.
Aseguró que, según revisiones posteriores, el plantel no estaría registrado ante la SEP, aunque en su publicidad aparece el logotipo de la dependencia federal.
Dijo que solicitó los comprobantes oficiales de validez, pero nunca se los entregaron y señaló que el uso del logo “solo era un recurso publicitario sin respaldo”.
El afectado mencionó que trabajaba para pagar sus estudios y que en total ha gastado cerca de 40 mil pesos entre preparatoria y universidad.
Indicó que eligió la institución por su modalidad abierta sabatina, ya que le permitía combinar horarios laborales con actividades académicas.
El joven explicó que busca alertar a otros estudiantes para evitar que, según dijo, “pierdan dinero, tiempo y oportunidades” por una situación similar.
Reiteró que su intención es que las autoridades educativas investiguen la operación del plantel y determinen si los documentos emitidos cumplen con normas oficiales.
Por ahora, Gonzalo señaló que evalúa opciones para reinscribirse a otra preparatoria en cuanto avance el proceso legal y recupere su situación académica.
Hasta el momento, el plantel señalado no ha fijado una postura pública ante las acusaciones, y se espera que la autoridad educativa revise el caso.
Por. José Luis Rodríguez Castro
La Razón
