TAMPICO, TAMAULIPAS.- El primer aficionado en llegar este sábado al Estadio Tamaulipas fue Héctor Méndez Ricardi, quien apareció puntualmente a las 11:00 de la mañana, cuando el sol apenas comenzaba a calentar el concreto del acceso 5.
Con una pequeña mochila y la camiseta celeste bien puesta, tomó su lugar frente a las rejas cerradas, decidido a ser el primero en ingresar para la final entre Tampico Madero e Irapuato.
Mientras esperaba, Méndez Ricardi repasaba historias que solo alguien con tantos años en las gradas puede contar. Asegura que su afición nació “desde la secundaria”, cuando por primera vez entró al estadio y —como él mismo recordó entre risas— quiso subirse a la antigua torre de iluminación. Hoy, con 55 años, dice que la pasión sigue intacta, aunque ya no está “en edad de andar trepando”.
Con más de cuatro décadas apoyando a la Jaiba Brava, recuerda partidos que marcaron época: el ascenso frente a Irapuato hace 31 años, el descenso contra Atlas, el histórico gol de Mendieta y las tardes de tribuna en la zona de sol. “Somos plaza de primera división, afición de primera. Solo falta el equipo de primera división”, comenta con orgullo.
Ante la pregunta sobre su sentir rumbo al partido, su respuesta fue inmediata:
“Estoy contento, han logrado lo que muchos no pudieron, y hoy queremos la satisfacción de ser campeones”.
Y como muestra de su fidelidad, compartió una porra que, asegura, dedicará este día a Chima Ruiz, técnico del Tampico Madero y orgullo de la colonia Mainero:
“Oé, oé, oé, oé… Chima, Chima, Chima… campeón, campeón”.
Méndez Ricardi fue, efectivamente, el primer aficionado del día. Mientras otros llegaban apenas a asomarse, él ya estaba firmemente plantado frente a la puerta 5, esperando el momento en que el portón se abra para vivir otra página en su larga historia con el equipo.
POR José Luis Rodríguez Castro La Razón




