7 diciembre, 2025

7 diciembre, 2025

Entre la sierra y el sol, nace vino tamaulipeco

Eloy Reyna Bustos fundó en Monterredondo, Jaumave, la primera viña formal de Tamaulipas, dando origen a un vino 100% tamaulipeco impulsado por un microclima favorable

Cuando Eloy Reyna Bustos decidió plantar sus raíces en Monterredondo, al pie de la Sierra Madre en Jaumave, no pasaba de ser un poeta con ganas de embotellar su verso. “Si el vino es poesía embotellada, yo soy un poeta empedernido!”, dijo en un susurro que se convirtió en propósito, y puso manos a la obra. Silenciosamente buscó los sarmientos —Tempranillo, Merlot, Lambert, Cabernet y Sauvignon, adquiridos ex profeso en viñedos franceses— y los cubrió con la tierra generosa de ese lugar que, según él, era lo que Dios le prometió a su pueblo.

Un reino de paz, armonía y el encanto de un microclima que derrotaría sequías y altas temperaturas que son el pan diario del semidesierto tamaulipeco. Monterredondo se encuentra al pie de una región donde contrastan las zonas montañosas y semiáridas, y en este entorno, la región experimenta fuertes calores con sequías intensas, lo que influye en la vegetación y el tipo de cultivos que pueden prosperar.

Por eso, cuando de manera circunstancial Eloy Reyna se presentó en Monterredondo, algo por dentro le dijo, que se encontraba en el lugar indicado. Que estaba pisando la misma tierra que Dios le prometió al romero andante.

TAMAULIPECO AL 1000%

Y así nació la primera viña que tiene acta de nacimiento en Jaumave y en todo Tamaulipas: Monterredondo, un esfuerzo que cristaliza una generación de vino 1000% tamaulipeco. No fue una decisión acelerada: Reyna Bustos estudió primero los secretos del Valle de Guadalupe (California) y Parras de la Fuente antes de sentir que estaba en el lugar indicado. Cuando las primeras hojas brotaron, su certeza fue tan fuerte como el terreno que alimentaba sus cepas. Monterredondo, no proviene de lo impensado. Aunque Eloy Reyna está dando a su empresa un enfoque claramente perfilado hacia la degustación de vinos y comidas, las dos primeras destilaciónes que hizo a partir de sus propias uvas dejaron perplejos a buenos degustadores porque hizo decantar en finos mostos todo un brandy de perfiles y sabores únicos que están influenciados por las características de las uvas y todo el proceso de destilación que se aplica a éstas.

SAGRADO VINO

La primavera de 2023 le dio su primera cosecha, y él mismo destiló esas primeras uvas —primero para sí mismo, para saborear el fruto de su tenacidad. Al levantar la copa, recordó una frase filosófica de los hombres de soledad y decisión: “En las victorias el vino es merecido, en las derrotas necesario”. Y esa primera destilación —y la segunda— dejaron perplejos a buenos degustadores: de esas uvas surgió un perfiles y sabores únicos, donde se entremezclan las frutas rojas y negras, las notas especiadas y terrosas de sus variedades, y el sello inconfundible de un territorio que se atreve a romper moldes. Tamaulipas no es una región vinícola tradicional, pero Monterredondo lo está cambiando. Sus cinco cepas adaptadas —entre ellas las emblemáticas Tempranillo, Merlot y Cabernet Sauvignon, usadas para vinos de cuerpo medio a completo— son una apuesta al futuro que se suma al panorama de bebidas alcohólicas en México. En su pequeño entorno, donde las montañas contrastan con el semiárido, se demuestra que nada es producto de la suerte: solo de pasión, trabajo y la audacia de un poeta que decidió escribir su obra en la tierra.

POR VICENTE GONZÁLEZ

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