14 diciembre, 2025

14 diciembre, 2025

… No están engentados’

El miedo a salir de casa no es una tontería ni una “chiflazón”, y puede agravarse

CIUDAD VICTORIA, TAM.- El Caminante sujetaba sus bolsas de mandado a su motocicleta, cuando se topó con Felipe.
– ¡»Queabidoooo»! ¿te mandaron a hacer la despensa? – preguntó el hombre.
– Así es mi Pipe, no vengo, me traen, ¿y tu como estas, que cuentas?
– Ando con las compras de última hora, fíjate que se va a casar mi hermano Lalo.
– ¡Hasta que se animó! ¿y qué, dónde va a ser el pachangón?

– Ahí en casa de mi mamá en la Libertad.
– ¿La recepción?
– Si, ahí mismo los casan y ahí mero tenemos el jolgorio.
– ¡Ah que bien! Todavía recuerdo tu boda y la de tu hermana Luisa, fueron en ese salón bien elegante ahí por la central de abastos.
– Ya sé, pero ahora no quisimos hacer un evento así muy grande.
– ¿Y eso? ¿Andan las vacas muy flacas mi Pipe?
– Pues esas siempre, pero ahora es por lo de mi mamá.
– No manches, ¿está muy malita Doña Lucy?
– No, no es eso, pero ¿te acuerdas hace años que ya no le gustaba salir de la casa?
– Ajá, que prefería quedarse en casa para descansar.
– Ándale, pues con eso de la pandemia se le agravó.

– ¿Cómo que se le agravó?
– Si, ahora si de plano ya tiene cuatro años que casi no sale para nada. Incluso, hemos tenido que traer un doctor a la casa cuando se enferma.
– ¿Y ustedes qué le dicen?
– Al principio no le dábamos importancia, de hecho, nos dejaba más tranquilos, pues era mejor que no saliera y menos de noche. El problema fue cuando una vez la sacamos casi a fuerza al velorio de mi tía Lupe, ahí en los funerales se nos puso muy mal, al principio creímos que era por la impresión de ver tendida a su hermana, pero luego notamos que era algo más, y la llevamos con un doctor en ese rato.
– ¿Y qué les dijo el médico?
– Que mi mamá padece de un trastorno psiquiátrico que se llama agorafobia.
– ¡Oh sí! He conocido un par de personas que lo padecen.
– Nosotros nunca habíamos escuchado de eso. Mi tío Cuco decía que mi mamá siempre fue así, desde que vivían en el rancho, que «se engentaba de volada».
Luego cuando se casó con mi papá, él se enojaba porque mi mamá no quería ir a los bailes ni a la plaza ni nada.
– ¿Entonces ya desde joven padecía de eso?
– Al parecer si, pero nadie se había dado cuenta, hasta ese día del velorio. Mi cuñada Lolis es psicóloga y empezó a atenderla, y dice que es una enfermedad muy fea.

– ¿Y ella cómo se siente? ¿qué les dice?
– Pues dice que es una ansiedad que siente cuando está en un lugar desconocido, o lejos de casa, o con mucha gente o personas desconocidas. Se le acelera el corazón, le sudan las manos, se marea, le dan náuseas, cosas como esas.
– ¿Pero si está en la casa no pasa nada? ¿Ahí se siente bien?
– Eso pensábamos, pero luego llegó este pedo del coronavirus y todo empeoró.
– ¿Pues qué pasó? ¿se enfermó de covid?
– La bronca no fue esa, sino que vivía aterrada, no dejaba entrar a nadie, ni a nosotros nos dejaba visitarla, se ponía en un plan bien infantil, luego empezó a descuidarse, no se tomaba la pastilla de la diabetes y en ocasiones hasta se quedaba sin comer porque no salía ni a la tienda a comprar ni un huevo pa’ almorzar.
– Me imagino que la pandemia le afectó bastante.
– Yo iba y le hablaba desde el portón y platicábamos un poco, pero fácilmente nos aventamos un año sin vernos de frente, hacíamos videollamadas pero pues no es lo mismo.
Cuando volvimos a visitarla la vimos muy desmejorada, ¡flaca flaca! la casa estaba muy sucia y desordenada, y pues nos preocupamos mucho.

Luego empezó la vacunación, y casi que la tuvimos que obligar, lo bueno que la llevamos en el carro y no se tuvo que bajar ni estar entre un montón de gente, que eso es lo que la desespera. Y sí se nos enfermó de covid, pero fueron sólo síntomas leves.
– ¿Y ya está en tratamiento?
– Ese fue otro broncón, no quería que la lleváramos a atenderse. Le tenía terror ir al ‘seguro’, decía que ahí se iba a volver a enfermar, total que mi cuñada empezó a darle terapia en la casa, pero nos dijo que lo de ella es algo psiquiátrico, osea que necesitaba medicamento y pues ya después la empezó a visitar una psiquiatra.
– ¿Y ya se le ve mejoría?
– Si, pero la psiquiatra dice que eso no se cura, solo se controla con terapia y pastillas, pero ya se ve mejor, incluso la saco a pasear en el carro, pero no se baja, mucho menos entrar a una supertienda o a una plaza o donde haya mucha gente, ya no se marea ni le dan náuseas ni se inquieta.
– Y por eso la boda de Lalo va a ser algo sencillo…
– Así es mi amigo, pura familia y sin niños.
Felipe y el Caminante se despidieron y el vago reportero emprendió el regreso a casa.
Ojalá que Doña Lucy pueda recuperarse para que mejore su calidad de vida. Demasiada pata de perro por esta semana.

POR JORGE ZAMORA
EXPRESO – LA RAZÓN

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