TAMAULIPAS, MÉXICO.- La sombra de la fractura comenzó a proyectarse con nitidez sobre la coalición oficialista en San Luis Potosí, luego de que el Congreso local aprobara una reforma electoral que redefine las reglas para la elección de la gubernatura en 2027 y que, en los hechos, beneficia las aspiraciones de la senadora Ruth González Silva, esposa del actual gobernador Ricardo Gallardo, detonando tensiones abiertas entre Morena y el Partido Verde.
La modificación, avalada este domingo, establece que solo mujeres podrán ser postuladas a la gubernatura en el próximo proceso, bajo el argumento de garantizar la paridad de género, sin embargo la aprobación acelerada y el contexto político han llevado a que el cambio sea interpretado como un traje a la medida que allana el camino a una sucesión familiar, disfrazada de avance institucional.
El nuevo diseño legal fue impulsado por la mayoría afín al gobernador Gallardo y contó con el respaldo del Partido Verde y aliados circunstanciales, mientras Morena votó en contra y expresó reservas de fondo, no solo por la forma en que se procesó la reforma, sino por el mensaje político que envía en un momento en el que el oficialismo federal busca marcar distancia de prácticas asociadas al nepotismo electoral.
La tensión no es menor, porque Morena aprobó a nivel nacional lineamientos internos que prohíben postular en 2027 a familiares directos de gobernadores salientes, una regla que coloca a la coalición en San Luis Potosí frente a un dilema estratégico, acompañar al Verde implicaría romper con sus propios candados éticos, mientras ir en solitario podría fracturar el voto oficialista.
Del lado del Partido Verde, la postura ha sido clara, no existen restricciones internas que impidan la postulación de Ruth González Silva y el partido se dice listo para competir incluso sin Morena, confiando en la estructura política que hoy controla el gobierno estatal, lo que confirma que el distanciamiento ya no es retórico sino operativo.
La senadora, señalada como la principal beneficiaria de la reforma, ha mantenido un discurso prudente, evita declararse abiertamente candidata pero no cierra la puerta a una eventual postulación, dejando que el nuevo marco legal y la correlación de fuerzas hablen por sí mismos, mientras la oposición y sectores internos de Morena advierten un intento de normalizar la herencia del poder.
Más allá del caso potosino, el episodio se ha convertido en un laboratorio político rumbo a 2027, donde confluyen tres debates sensibles, la paridad de género como principio constitucional, los límites del nepotismo en la vida pública y la fragilidad de las coaliciones electorales cuando los intereses locales chocan con las líneas nacionales.
San Luis Potosí anticipa así un escenario de reacomodos, rupturas y alianzas forzadas, donde la elección no solo será entre partidos, sino entre proyectos y narrativas, continuidad familiar frente a regeneración política, y una coalición que, por primera vez desde 2021, muestra fisuras que ya no se pueden ocultar.
Por. Staff




