A seis meses de cumplir 106 años de edad, don Manuel, nacido en Cruillas, Tamaulipas, en junio de 1920, se ha convertido en uno de los pacientes más longevos atendidos dentro de la especialidad de geriatría, superando incluso al señor Macedonio —quien ya falleció— y que alcanzó los 104 años de vida.
Su historia personal se enmarca dentro de una familia longeva, ya que su hermana mayor falleció a los 106 años, lo que confirma una herencia marcada por la resistencia, la constancia y el cuidado de la salud a lo largo de los años.
Don Manuel compartió 75 años de matrimonio y formó una numerosa familia: tuvo 13 hijos, 37 nietos, 92 bisnietos y 20 tataranietos, dejando una descendencia que hoy representa varias generaciones unidas por su ejemplo y enseñanzas.
Su vida fue un claro reflejo de superación. En una época con limitado acceso a la educación formal, sus padres hicieron el esfuerzo de contratar a una persona que le enseñara a leer y escribir, sentando las bases de una formación que influyó de manera decisiva en su desarrollo personal y social.
Gran parte de su vida estuvo ligada al campo, dedicándose a la siembra y al cuidado del ganado. Esa tenacidad lo llevó a ocupar cargos de liderazgo, primero como presidente ganadero y posteriormente como presidente municipal, siempre bajo su lema de vida: “Hacer el bien sin mirar a quién”.
Además de su vocación de servicio, don Manuel cultivó el gusto por la música. En su juventud aprendió a tocar el bajo y la guitarra, habilidades que formaron parte de su identidad y de los momentos de convivencia con familiares y amigos.
Sobre el secreto de su longevidad, él lo resume con sencillez: llevar a Dios en su vida y agradecer cada día vivido. A ello suma hábitos constantes como caminar diariamente entre 30 y 45 minutos y mantener una alimentación sencilla, donde el pescado ocupa un lugar especial como su platillo favorito.
De cara a sus 106 años, su mayor deseo no es material: anhela estar rodeado de sus seres queridos y seguir bailando, como siempre lo ha hecho, al ritmo de cada canción que ha acompañado su larga travesía por la vida.
La historia de don Manuel representa un gran ejemplo de tenacidad, paciencia y amor por el prójimo, dejando una valiosa lección de vida para las nuevas generaciones de Tamaulipas.
Por Raúl López García




